El Quiebrajano recibe 65 litros por metro cuadrado de agua de lluvia en 24 horas

El 112 recibe una quincena de avisos por inundaciones en Jaén y Linares

30 nov 2017 / 08:41 H.

Desde que, como manda la tradición, llovió en la ciudad y la provincia por San Lucas, es decir, el pasado 18 de octubre en plena feria de la capital, el agua brilló por su ausencia, hasta ayer, en el mar de olivos. Las precipitaciones comenzaron, de forma prácticamente generalizada, el martes por la noche, y se mantuvieron, hasta el cierre de esta edición, en algunos puntos, como Cazorla, donde el acumulado era de 19,2 litros por metro cuadrado. El dato más espectacular, no obstante, según el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, fue el del Quiebrajano. En el entorno del pantano de la capital se recogieron más de 65 litros. En Cambil, casi 59; en La Bolera, Pozo Alcón, unos 55; en la cabecera del río Eliche, 52; en el Puente de la Sierra, en la capital, unos 50; con una marca similar en La Parrilla, en Andújar; Alcalá la Real y el Aguascebas, en plena Sierra de Las Villas. En el pantano de El Tranco de Beas, más de 40 litros; en el Giribaile, otros tantos y, ya entre los registros más bajos, aunque todavía destacables, los casi 30 litros en El Donadío, en la comarca de La Loma.

La lluviosa jornada, la de más precipitaciones del año, que nadie se engañe, no obró el milagro de llenar los pantanos jiennenses que, al 24,58% de su capacidad, con el porcentaje más bajo de toda la cuenca del Guadalquivir. La escasa cantidad embalsada, más allá de ser un problema para los jiennenses, lo es para toda la comunidad autónoma, puesto que los recursos almacenados en Jaén, cabecera del río, sirve para abastecer al resto de las provincias. La misma semana de 2016, los embalses estaban por encima del 45% y, en la última década, la media es del 55%. La Consejería de Medio Ambiente, ya en octubre, advirtió de, aunque todavía hay agua para aproximadamente un año, este departamento cuenta ya con la planificación de las medidas necesarias de control y ahorro para, en caso de que fuera necesario y dependiendo de las lluvias de este otoño, desarrollarlas y garantizar el abastecimiento y el riego en las demarcaciones de su competencia. El consejero del ramo, José Fiscal, explicó que la situación debe de tomarse con cautela y prudencia y habrá que realizar una exquisita gestión del recurso en la próxima campaña de riego, especialmente si el año hidrológico que empieza fuera también de escasa pluviometría.

Para la jornada de hoy, precisamente, no es esperan lluvias, aunque sí unas temperaturas que no superen los 10 grados en la capital, con mínimas bajo cero ya de madrugada. En cuanto a las complicaciones causadas por las fuertes precipitaciones, apenas se contabilizaron, según el Servicio de Emergencias 112. Solo se recibieron una quincena de avisos, centrados en la capital y Linares, por pequeñas anegaciones en viviendas y locales y caída de piedras y embalsamientos en algunas vías. Sin embargo, ni hubo heridos ni cortes de carretera.