El patrón de Tidiany llega al banquillo por “hacerlo desaparecer”

La Audiencia acoge hoy el juicio contra Ginés V. L., para el que se piden penas de hasta 29 años de prisión

03 may 2016 / 12:30 H.

Han pasado dos años y cuatro meses de la misteriosa desaparición del temporero maliense Tidiany Coulibaly. Más de 850 días desde aquel 17 de diciembre de 2013, cuando se le vio por última vez en Villacarrillo, donde trabajaba en la aceituna. Se lo tragó la tierra justo después de que él y otros compatriotas suyos mantuvieran una acalorada discusión con Ginés V. L., el vecino del pueblo que los tenía empleados. Hoy, el patrón se sentará en el banquillo de la Audiencia para responder por estos hechos, sin que se haya resuelto la incógnita principal de este enigmático rompecabezas: ¿Dónde esta Tidiany?

La Guardia Civil detuvo a Ginés V. L. en mayo de 2014, cinco meses después de la desaparición del temporero. Para los agentes del Instituto Armado, “hizo desaparecer” al joven africano. Sin embargo, la Fiscalía considera que no hay pruebas suficientes como para acusarlo por ello. El Ministerio Público sí que ha presentado cargos contra este vecino de Villacarrillo por otros delitos considerados “secundarios”: contra los derechos de los trabajadores, contra la salud pública, obstrucción a la Justicia, defraudación de fluido eléctrico y desobediencia a la autoridad judicial. Unas acusaciones por los que la Fiscalía pide 16 años de cárcel.

Es la familia de Tidiany la que ha conseguido sentar en el banquillo a Ginés V. L. por un delito de desaparición forzada y la que pide una condena de 29 años de prisión.

El punto de partida de ambas acusaciones es el mismo: el acusado tenía contratada a una cuadrilla de inmigrantes africanos, entre los que estaba el propio Tidiany. Presuntamente, les pagaba un jornal de 30 euros cuando el convenio del campo de ese año lo estipulaban en 50,37. A algunos ni tan siquiera los tenía dados de alta, según el fiscal. Esas condiciones precarias motivaron una discusión entre los temporeros y el patrón. Poco después, se perdió el rastro del joven maliense.

Para el Ministerio Público, estos hechos son constitutivos de un delito contra los derechos de los trabajadores. La Fiscalía también acusa a Ginés V. L. de un delito de defraudación de fluido eléctrico por, presuntamente, enganchar la luz de forma clandestina en la vivienda en la que residían sus trabajadores. Y, del mismo modo, durante las investigaciones para dar con el paradero de Tidiany, la Guardia Civil encontró en una nave del acusado unos 330 gramos de marihuana, por lo que tendrá que responder por un delito contra la salud pública. Un último cargo que le imputa la Fiscalía es obstrucción a la Justicia. Presuntamente, Ginés V. L. presionó a dos vecinos del pueblo para que testificaran a su favor y, de este modo, le proporcionaran una coartada.

Para el Ministerio Público no hay pruebas de que el acusado hiciera desaparecer a Tidiany. Sí las hay para la familia del temporero. Sostienen que el patrón fue la última persona que estuvo con el joven africano y que, presuntamente, lo llevó a una finca de su propiedad el mismo día de los hechos, donde lo dejó “encerrado”. Tidiany nunca había estado en esa parcela. Sin embargo, la Guardia Civil encontró allí el 10 de enero de 2014 unas orejeras de su propiedad. Además, un perro especialista en el rastro de cadáveres marcó un olivo muy próximo al lugar en el que apareció esa prenda de ropa, según la acusación particular.

En principio, la defensa de Ginés V. L. niega todos los cargos. El juicio se prolongará durante dos días en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial.