El orujillo: un remedio restringido para frenar
la subida de la energía

El residuo del aceite se amontona en las fábricas de la provincia

01 feb 2017 / 12:21 H.

Al lado de una gran montaña de orujillo —en la provincia ya se ven muchas— no se entienden las palabras del presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, cuando afirmó que hacía falta que lloviera y que hiciera viento para que baje el precio de la electricidad. “¿Qué pasa con el orujillo?, ¿por qué no vale?”, se preguntan muchos almazareros y propietarios de las orujeras. El secretario de la Asociación Nacional de Empresas de Aceite de Orujo de Oliva (ANEO), Joaquín López, se muestra rotundo: “Si nos dejaran generar más energía con el orujillo, estoy convencido de que bajaría el precio de la electricidad. No es más que regular la producción de energía. Las fuentes fotovoltaicas y eólicas dependen de la meteorología, pero la biomasa del orujillo siempre funciona”. Por eso, si la demanda es alta, en vez de elevar el precio del megawatio para regular el mercado, solo habría que generar más energía quemando orujillo.

Jaén tiene una solución para un problema que afecta a España. De hecho, millones de hogares se echarán las manos a la cabeza cuando vean el recibo de la electricidad de enero. El precio de la energía ha subido un 26% respecto al año pasado. Sin embargo, la solución de Jaén no vale, simplemente, porque está prohibida. De ahí que las fábricas ven cómo se les acumulan montañas de orujillo que, incluso, inundan sus balsas porque no tienen otro lugar donde almacenarlo. De vez en cuando, grandes máquinas excavadoras lo mueven de un lado a otro para hacer más hueco mientras que sus propietarios intentan buscarle una salida que les dé unos cuantos euros y, sobre todo, alivie los espacios de almacenamiento.

la normativa. La Reforma Eléctrica de 2013 limitó la generación de energía con orujillo a 6.500 horas al año, es decir, las plantas que queman este subproducto que se obtiene después de molturar la aceituna para producir aceite solo pueden funcionar 9 meses para producir electricidad. Luego, han de pasar 3 meses totalmente paradas, lo que no se entiende. Desde Aneo se tiene el convencimiento de que, si la energía está cara porque hay mucha demanda —Francia ha parado algunas de sus plantas nucleares e importa también electricidad de España—, lo normal sería generar más —el orujillo además es una fuente renovable— para rebajar el precio y, consecuentemente, el recibo de la electricidad.

Joaquín López, secretario de ANEO, explica que una planta que quema orujillo para producir electricidad tiene tres fuentes de ingresos. Por un lado, unas retribuciones para compensar la inversión. De otro, unos incentivos para compensar los gastos del proceso. Y, por último, el precio que obtienen en el mercado. Ahora, el megawatio se ha pagado a 90 euros, pero lo normal es que se mueva entre los 30 y los 50. “No tiene sentido que los españoles soporten un precio de la electricidad tan elevado y mientras nosotros tengamos paradas las plantas de combustión con orujillo”, afirma Joaquín López.

La Asociación Nacional de Empresas de Aceite de Orujo de Oliva lo ha vuelto a pedir en el Ministerio de Turismo, Energía y Agenda Digital. Quiere que se elimine la limitación horaria para poder generar energía, un avance en el consumo de fuentes renovables y que se permita la combustión conjunta, es decir, que las plantas térmicas funcionen con un producto hecho con un 95% de carbón y un 5% de orujillo. De todos modos, por el momento, solo se trata de una demanda que favorecería mucho a un producto que se elabora en Jaén. No hay que olvidar que su impulso iría ligado a empleo para transportarlo y jornales en el campo. Ahora, por el momento, se agolpa como un residuo en las fábricas de aceite. Y el problema es que cada vez hay más y la demanda en el extranjero está en una clara caída por el precio del petróleo.

Más de 500.000 toneladas colapsan los patios y las balsas de las orujeras

Las orujeras tienen más de 500.000 toneladas de biomasa que resultan después del proceso de elaboración de aceite de oliva en grandes montañas en los patios y en las balsas. La caída del precio del barril de petróleo —llegó a venderse a 145 euros, pero se ha movido, en los últimos meses, entre 35 y 54 euros— ha hecho que muchas calderas que usaban orujillo hayan optado por el gas natural —decrece su valor a la par que el petróleo— o de gasóleo. A esto se une que la subasta de los derechos de emisión haya dejado una rebaja de 20 hasta 4 euros por las emisiones de dióxido de carbono en la Unión Europea, es decir, ahora resulta más barato contaminar, por lo que el orujillo, como fuente sostenible, resulta mucho menos interesante que antes.

Gran Bretaña era el principal mercado importador, que se llevaba alrededor de 400.000 toneladas al año. Muchas salían en barcos desde los puertos cercanos a la provincia. En cambio, con un petróleo mucho más barato, este mercado, prácticamente, ha desaparecido. Las orujeras prevén alrededor de 1.314.000 toneladas de biomasa en esta campaña oleícola, que sigue en marcha. Alrededor del 60% se destina a la producción eléctrica, es decir, unas 788.000. Habrá otras 210.000 que se consumirán en las propias fábricas, pero el producto estará, una vez más, en más de 400.000, que si no se exportan, se quedarán en los patios.