El nuevo reglamento de caza eleva la seguridad en el monte

Más de 35.000 cazadores jiennenses están pendientes del nuevo reglamento de caza, que se acaba de aprobar en Andalucía. El delegado de Medio Ambiente, Juan Eugenio Ortega, afirma que se trata de una norma que busca incrementar la seguridad en el monte, mejorar la sostenibilidad y agilizar la burocracia para obtener los permisos. “Se trata de una norma que nos ha llevado años de diálogo y que se aprueba con el máximo consenso”, señala. No obstante, aclara que Ibercaza —en septiembre— será una feria que servirá para explicar las particularidades de esta nueva norma en talleres, cursos, charlas y conferencias.

El jabalí comienza a incomodar en la provincia. Antes se veía en las zonas de sierra. En cambio, ya vive —sin pudor— prácticamente en toda la Campiña. Los olivareros se quejan de los destrozos que generan en los cultivos y, sobre todo, en los sistemas de riego. La nueva norma autoriza la batida de gestión de jabalí, que se podrá solicitar, incluso, en fincas de pequeñas dimensiones. Asimismo, se establecen aguardos nocturnos en los que se pueden utilizar linternas para llegar al puesto —eleva la seguridad— y en el momento del disparo. Por otro lado, los puestos en las monterías han de estar a 150 metros, mientras que los cazadores dirán adiós a la típica ropa de camuflaje. Ahora la norma exige que se les vea —para evitar accidentes—, por lo que las prendas han de llevar material reflectante. Otra obligación es la de señalizar los senderos o en las vías de paso cuando exista una montería para evitar así que entren caminantes o ciclistas que se encuentren por el campo.

adiós al plomo. Queda prohibido utilizar plomo en las zonas de humedales. “En Cazorla hemos sido pioneros en este aspecto al eliminar el plomo de la caza. Es una medida que ha calado bien, ya que hay piezas, como el muflón, de las que solo se valora el trofeo. La carne se deja en el campo para los buitres, por lo que resulta clave que no tengan plomo”, afirma Juan Eugenio Ortega. Además, los cazadores tendrán que recoger los casquillos que utilicen.

Se autoriza también la caza de la tórtola turca, ya que se considera una especie invasora y habrá que identificar en un registro las aves para la caza con reclamo. Por otro lado, no se permiten más de tres perros por cazador para el conejo y cinco en el caso de la liebre, aunque dos de ellos han de tener menos de 18 meses —para que se consideren aprendices—.

Aparece la figura del escenario de caza, que son espacios en los que se podrá ejercer la actividad durante los doce meses al año siempre que las empresas cumplan con unos requisitos. Además, los planes técnicos se amplían 12 meses y pasan de 4 a 5 años. Por otro lado, se agiliza enormemente la burocracia. La Consejería de Medio Ambiente contará con una plataforma que servirá para realizar las solicitudes y cualquier otro tipo de trámite de manera instantánea para agilizar las monterías o las actividades de caza menor.