El juez archiva la causa por el crimen de Ángela Jiménez

Un hombre ha estado imputado tres años tras hallarse ADN en el piso de los hechos

17 may 2019 / 11:28 H.

El Juzgado de Instrucción número 1 de Jaén acaba de archivar la causa abierta contra Octavio S. R., el hombre de origen colombiano investigado por la violación y el asesinato de Ángela Jiménez, ocurrida hace ya casi ocho años en un piso de la calle Sagrada Familia de la capital jiennense. El magistrado Fernando Moral considera que no hay indicios suficientes contra el sospechoso y cierra de forma provisional un caso que conmocionó a toda la sociedad jiennense.

El crimen fue perpetrado en la madrugada del 12 de julio de 2011, en el piso de la calle Sagrada Familia de la capital, en el que residía la joven. El presunto autor de los hechos, Raúl. R. G., entró en la casa, agredió sexualmente a la joven, la mató a puñaladas y se llevó parte de los objetos de valor que había en el domicilio. Los vecinos avisaron a la Policía al escuchar mucho ruido. Cuando los agentes llegaron, vieron cómo Raúl se escapaba por la ventana. Sin embargo, se cayó al vacío y murió en el acto. El caso, entonces, se dio por cerrado y la Comisaría llegó a decir públicamente que no había más implicados.

Sin embargo, la investigación dio un giro radical a finales de junio del año 2016, es decir, cinco años después de que se perpetrara el crimen. En su día, la Policía científica recogió restos de ADN del escenario del crimen, pertenecientes a cuatro personas distintas. Durante años, estuvieron guardadas en las bases policiales sin identificar. Sin embargo, los agentes lograron ponerle nombre a uno de los vestigios hallados en el piso de Ángela. Eran de Octavio S. R., el joven colombiano. Fue detenido el 30 de junio de 2016, acusado de delitos de allanamiento de morada, agresión sexual y asesinato. Sobre él han pesado esos tres cargos durante los últimos tres años. Hasta esta semana, cuando el juzgado ha dictado el auto de archivo de la causa.

¿Por qué fue detenido hace ahora un lustro? En diciembre de 2015, este hombre fue fichado por la Policía de Guadalajara. Se le abrieron diligencias por, presuntamente, extorsionar a una menor para que mantuviera relaciones sexuales con él a cambio de no hacer públicas unas fotos íntimas. En el marco de ese caso, se le pidió una prueba de ADN, a la que accedió voluntariamente. Tras cruzar el resultado en la base de datos, la Policía comprobó que era de la misma persona que estuvo en el piso del crimen de Ángela.

Octavio S. R. había ocupado esa vivienda justo antes de que la víctima lo alquilara. Tras el crimen, los investigadores estuvieron tras su pista, porque ya entonces cometió algunas contradicciones: dijo que no conocía a la joven ni a su presunto asesino y la Policía tiene el convencimiento de que mintió. Llegó a tener el teléfono “pinchado”, pero las pesquisas no sacaron nada en claro. Todo cambió con la identificación de su ADN. Sus restos biológicos estaban en unas braguitas que se hallaron en el piso y que tenían semen de Octavio S. R. “mezclado” con vestigios pertenecientes Ángela. La versión ofrecida por el sospechoso se tambaleaba. No fue capaz de explicar cómo llegó su semen a una prenda encontrada en el piso. Por eso, se le detuvo.

Desde el principio, el hombre defendió su inocencia. Alegó que la noche del crimen estaba en Guadalajara. Aportó varios testigos que corroboraron esta coartada, así como correos electrónicos que, supuestamente, mandó desde allí. Las cámaras de seguridad cercanas a la zona tampoco captaron su imagen en la noche del crimen ni sus huellas estaban en el arma homicida. Demasiadas dudas para mantener una acusación sólida por asesinato. Por ello, el juez ha decidido archivar la causa.

Detenido y puesto en libertad

Octavio S. R. fue detenido por la Policía Nacional el 30 de junio del año 2016, casi cinco años después de que se cometiera el crimen de Ángela Jiménez. Ese día fue trasladado al Juzgado de Instrucción número 1 de Jaén, que había ordenado la reapertura del caso tras identificarse los restos de ADN y comprobar que pertenecían al arrestado. Fue puesto en libertad con cargos.