El “calvario” de un hombre que lleva dos años sin ver a su hija

Acusa a su ex de incumplir el régimen de visitas y de “denuncias falsas”

25 may 2017 / 11:16 H.

Emilio José Cabrera Fuentes asegura que la última vez que vio a su hija fue el 20 de marzo de 2015. “Es muy duro vivir así. Me estoy perdiendo toda la infancia”, confiesa este vecino de Los Villares, que asegura estar sufriendo “un calvario”. Y es que durante estos dos años largos, también ha sido denunciado en varias ocasiones por la madre de la niña por malos tratos y por abusos sexuales a la menor e, incluso, llegó a pasar una noche en los calabozos. La Justicia determinó que las graves acusaciones contra él no tenían fundamento y archivó las causas. “Todo fue una mentira para tratar de hundirme y que no viera más a mi hija”, explica Emilio José Cabrera. De hecho, la mujer sí que se tendrá que sentar en el banquillo por delitos de denuncia falsa, injurias y calumnias por el que se enfrenta a una petición de cuatro años de cárcel.

Además de este frente, este joven de Los Villares trata de recuperar la custodia de su hija, que está a punto de cumplir diez años. Un proceso en el que se ha estrellado de frente con el muro que supone la lentitud de la maquinaria judicial. “Llevo esperando desde septiembre un informe del Equipo de Familia. Es lo que queda para que el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Martos adopte una decisión. Es desesperante”, explica. “Lo hemos reclamado por activa y por pasiva. Sabemos que se trata de un servicio que está saturado, pero son mucho meses esperando y, mientras tanto, Emilio y sus familiares no pueden disfrutar de la niña”, aclara el abogado Luis Heredia, que lo defiende en este pleito.

La historia arranca en septiembre de 2014 cuando la pareja se rompe tras siete años de matrimonio. “Al principio, fue un divorcio muy tranquilo. Acordamos el convenio sin problemas y todo iba bien”, relata. Ella tenía la custodia de la niña y él disfrutaba de un régimen de visitas, que incluía fines de semana alternos y periodos vacacionales, además de dos tardes en semana. Sin embargo, pronto empezó a torcerse: “No me entregaba a la niña. Se negaba en rotundo”, explica. Así que Emilio José recurrió a la Justicia y comenzó a denunciar los incumplimientos. “Lo que hizo ella fue denunciarme a mi por malos tratos”, añade. Después, vino otra denuncia por abusos sexuales. “Todo una mentira”, reitera.

En marzo de 2015, el padre pudo ver a su hija por última vez en un punto de encuentro de Jaén. Días después, vio que no había más solución que interponer una demanda judicial para modificar las medidas de guarda y custodia. El Juzgado tardó más trece meses en señalar la fecha de un juicio que fue suspendido hasta en dos ocasiones. Finalmente, la vista se celebró el 7 de septiembre de 2016 y, desde entonces, se está a la espera del informe del Equipo de Familia, es decir, el dictamen de los profesionales que atendieron a la niña desde el punto de vista psicosocial. Entonces, el juez podrá dictar sentencia. “¿Quién devolverá a Emilio José el tiempo que no ha podido ver a su hija?”, se pregunta el letrado. Es el “calvario” de un padre que pide soluciones a la Justicia.

pAGA LA PENSIÓN TODOS LOS MESES

Emilio José Cabrera sí que ha cumplido su parte del convenio regulador de la sentencia de divorcio, tal y como asegura su abogado: “Paga todos los meses la pensión que le corresponde por el mantenimiento de la niña, así como su parte de los gastos extraordinarios. Además, trata de preocuparse por el rendimiento escolar de la niña”, explica Luis Heredia.