El aspirante a espía que cazaba yihadistas

Absuelto Mohamed Harrak, el joven marroquí detenido en Palma en 2016 y que residió temporadas en Jabalquinto

03 nov 2017 / 08:52 H.

Durante el último año y medio, Mohamed Harrak ha sido considerado un yihadista. Este joven marroquí fue detenido en Palma de Mallorca en abril de 2016. Allí tenía fijada su residencia y trabajaba como cocinero en un hotel. Durante los inviernos, se mudaba a Jabalquinto, donde pasó largas temporadas debido a que había entablado una relación sentimental con una chica del municipio. Para la Policía y la Fiscalía, Mohamed Harrak era un activo “soldado” del Estado Islámico, que reclutaba a miembros del grupo terrorista y que, incluso, planeaba un atentado en España. Ahora, la Audiencia Nacional acaba de declararlo inocente de los delitos de integración en banda terrorista, colaboración y adoctrinamiento, por los que se enfrentó a una petición de condena de diez años de cárcel.

¿Por qué ha sido absuelto? La razón es, cuanto menos, curiosa: Mohamed Harrak se creía un espía, que se dedicaba a “cazar” yihadistas para el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). La sentencia explica que este joven marroquí contactó con esta agencia de espionaje a través de un mensaje electrónico. Posteriormente, una persona que se hacía llamar “Ángel” mantuvo una conversación personal con él. Desde entonces, Harrak pensaba que era un espía. De hecho, abrió varios perfiles en distintas redes sociales con diferentes nombres. Su objetivo era contactar con personas que estuvieran dispuestas a pasar a la acción y viajar a Irak y Siria para integrarse en el Estado Islámico o bien atentar en España. Para ello, insertaba y difundía mensajes de texto e imágenes con información sobre el ISIS. Harrak quería identificar radicales y, por ello, dijo a sus contactos que quería viajar a Oriente Medio para hacer la “yihad” e, incluso, llegó a contactar con un reclutador del Estado Islámico en Turquía.

El marroquí siguió las instrucciones de Ángel, con quien se citó varias veces en enero, febrero y marzo de 2015. Le dio información de sus contactos en la red y le entregó conversaciones que mantenía con ellos por “whatsapp”. A cambio, le pidió al supuesto agente que le resolviera un problema con su permiso de residencia.

Esta fue la versión que Harrak dio desde el principio a los policías que lo detuvieron. No le creyeron. Tampoco lo hizo el juez instructor de la Audiencia Nacional, que lo envió a prisión preventiva. De hecho, ha estado preso durante los últimos 18 meses. No obstante, el tribunal que lo juzgó la semana pasada sí que le ha dado credibilidad a esta historia que, en principio, parece disparatada. “Hay suficientes elementos para afirmar que el acusado trataba de levantar un artificio o ardid para visibilizar e identificar a posibles candidatos terroristas, información que facilitaba a quien creía era un agente de un servicio de inteligencia”, concluye el tribunal.

Mohamed Harrak sí que ha sido condenado a tres años de cárcel por un delito contra la salud pública. Cuando fue arrestado, la Policía halló en su domicilio unos gramos de cocaína y dos balanzas de precisión.