El abuelo que abusó de su nieta

Cuatro años y medio de cárcel para un linarense de 70 años por hacer tocamientos a la niña

14 dic 2016 / 12:23 H.

Manuel M. G. tardó una eternidad en recorrer el corto trayecto existente entre los calabozos y la sala de vistas de la Audiencia. La edad y los achaques no perdonan. Apoyado en unas muletas, dos policías nacionales llevaron ante la Justicia a este vecino de Linares de 70 años. El anciano se sentó en el banquillo de los acusados y los agentes le retiraron las esposas y dieron un paso atrás. “¿Sabe por qué está usted aquí? El Ministerio Público lo acusa de haber abusado de su nieta. ¿Reconoce usted los hechos?”, le preguntó la magistrada Esperanza Pérez Espino, la presidenta del tribunal: “Bueno...”, titubeó Manuel M. G., con un finísimo hilo de voz, casi inaudible. “Debe usted contestar sí o no”, le recordó su señoría. “Bueno... Sí”, concluyó el acusado.

De esta manera, el anciano admitía haber sometido a tocamientos a su propia nieta, una niña de tan solo tres años. Y, en el mismo acto, aceptaba una condena de cuatro años y medio de cárcel y una indemnización de 3.000 euros para los padres. Tampoco podrá acercarse a la menor durante los diez años posteriores a salir de prisión.

Los hechos se remontan al 5 de marzo del año 2016. Los progenitores dejaron a la pequeña en casa del abuelo, mientras ellos realizaban diversas gestiones. Fue en ese momento cuando Manuel M. G. sometió a la niña a diversos tocamientos en sus partes íntimas. Fue la propia menor la que, día después, contó lo ocurrido a sus padres, que interpusieron la correspondiente denuncia. El 17 de marzo, es decir, doce días después de que se produjeran los hechos, el juez envió a prisión preventiva al abuelo, donde ha estado hasta ahora.

La principal prueba de cargo en este juicio era el testimonio de la niña. Y es que, a pesar de su corta edad, la pequeña fue capaz de relatar a los psicólogos que la trataron lo que le hizo su abuelo aquella tarde. Para ello, utilizó un peluche y describió perfectamente los tocamientos en sus partes íntimas, tal y como explican fuentes del Ministerio Público. Como marca el protocolo judicial para estos casos, las conversaciones que mantuvieron los especialistas con la pequeña fueron grabadas para ser exhibida en la sala como prueba. Sin embargo, no fue necesario. Y es que Manuel M. G. admitió su culpabilidad en los hechos y la Fiscalía rebajó su petición inicial de condena de cinco años a cuatro años y medio de cárcel. Un acuerdo al que también se adhirió la acusación particular y que será ratificado en la sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia. Inmediatamente, los agentes agarraron del brazo al septuagenario y lo sacaron de la sala de vistas, de nuevo en dirección al Centro Penitenciario de Jaén.

Las fuentes consultadas explican que, a raíz de la denuncia interpuesta por su hija y su yerno, otras parientes también declararon haber sido víctimas de supuestos abusos sexuales por parte de Manuel M. G. ocurridos hace años. Sin embargo, y debido al tiempo transcurrido, la maquinaria judicial no ha podido presentar cargos ya que estos hechos están prescritos.