Dolores y Dulcenombre, lágrimas en la Madrugada

Las cofradías del Nazareno y el Gran Poder, protagonistas con Diario JAÉN

14 mar 2018 / 09:22 H.

La cofradía de Santa Elena o de las Cruces, fundada en 1588 en el Convento de Carmelitas Descalzas, poseía una primera imagen de la Virgen que, bajo el título de La Soledad, realizaba la ceremonia del encuentro. Tenía un sistema mecanizado para mover las articulaciones y abrazar al Nazareno. Tras predicar el Jueves Santo de 1741, Fray Juan del Santísimo manifestó su deseo de costear una nueva imagen. El contrato se realizó con el escultor José de Medina Añayabeles para la hechura de cabeza y manos por 13 pesos-escudos a 15 reales. El trabajo se realizó en la sala “de profundis” del convento. La policromía corrió a cargo de Francisco Muñoz. El imaginero no cobró todo lo acordado por “haberlo librado dicha imagen de un peligroso accidente”.

Cuando la cofradía abandonó el convento, en 1836, esta Dolorosa residió en el de La Merced, el Sagrario y La Catedral, hasta que regresó de nuevo a la iglesia de San José, Santuario de Nuestro Padre Jesús Nazareno, donde ocupó lo que en principio fue el nicho de la imagen de Jesús Nazareno y, posteriormente, la Virgen de las Angustias. Durante la Guerra Civil, la imagen se resguardó en los almacenes del Tesoro Artístico, aunque durante el trasiego perdió las manos, por lo que el escultor Vicente Mateu hizo unas nuevas. Mide 1’54 metros, los ojos son de cristal y las pestañas postizas, con 4 lágrimas y, como detalle, los dientes superiores tallados. Su vestidor es Javier García, y procesiona en magnífico paso de palio con bordados en terciopelo azul noche.

La gran novedad de esta Semana Santa de 2018 será la incorporación de una nueva cofradía que procesionará en la madrugada, con María Santísima del Dulce Nombre entre sus pasos. Esta Dolorosa, bendecida en 2014, está concebida para formar conjunto que representa a Jesús Nazareno en la calle de la Amargura en el encuentro con su Madre. Además, el único paso de misterio portará también las imágenes de San Juan, La Magdalena y un soldado romano que irá sobre un espectacular caballo. A pesar del poco tiempo de esta imagen, posee un rico ajuar: mantos de terciopelo; una corona de orfebrería plateada; dos diademas; aro de estrellas o una saya bordada en oro fino.

saetas de jaén
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“... De la corona de espinas

falta la espina mayor.

¿Es esa espada que llevas

clavada en el corazón?...”