Demanda judicial a la Junta por el accidente de Álex y Natalia

Las familias de los jóvenes fallecidos insisten en que las vallas no eran adecuadas

11 ene 2018 / 09:22 H.

Están a punto de cumplirse cuatro años del fallecimiento de Alejandro Espinar y Natalia Barragán, una jovencísima pareja de novios. Ambos perdieron la vida en un trágico accidente de tráfico ocurrido en la madrugada del 8 de febrero de 2014. El Renault Clío en el que ambos viajaban se despeñó al vacío por un precipicio existente en la carretera de Circunvalación, justo en la curva frente al cruce para subir al Castillo. Las vallas que protegían el barranco no retuvieron el coche que, según los atestados de la Policía Local, no iba a velocidad excesiva. Por eso, en noviembre de 2014, los padres de los jóvenes interpusieron una reclamación patrimonial ante la Junta de Andalucía, al entender que esas protecciones no se ajustaban a la normativa vigente y que eran insuficientes. No obstante, la Administración autonómica negó su responsabilidad y argumentó que las vallas eran las adecuadas. Es más, en la contestación a la reclamación, la Consejería de Fomento dijo, incluso que el pretil colocado tenía “un nivel de contención superior al recomendado”.

Las familias de Álex y Natalia no aceptan la respuesta de la Junta y han decidido recurrir a la Justicia. En concreto, hace unos días, han presentado una demanda ante la sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Un escrito. En ella, insisten en que las protecciones no eran las adecuadas “a la normativa legal vigente” y, además, no constaban con los “anclajes suficientes para evitar impactos leves como el que aconteció el día del siniestro”. En la demanda, se recuerda que, con posterioridad al fatal accidente, la Junta procedió a cambiar las vallas. “¿Si la Administración hubiera cumplido con su obligación, los dos jóvenes estarían con vida? Seguro que sí”, dice, literalmente, el documento, al que ha tenido acceso Diario JAÉN.

En los planes de los padres de Álex y Natalia no entraba hacer nada desde el punto de vista jurídico. Se conformaban con que había sido un accidente. Sin embargo, en abril de 2014, dos meses después del percance, alguien les abrió los ojos. Sebastián Espinar, el padre de Álex, recibió una carta con matasellos de Granada. Era un anónimo de alguien que se autodenominaba “Salvador de Dios”. La misiva, de dos folios, recordaba que la titularidad de la carretera pertenecía a la Junta y cómo esta administración cambió el pretil de piedra que existía en esa zona por otro vallado “que no garantizaba el adecuado comportamiento en caso de impacto”. El anónimo daba todo tipo de detalles sobre los requisitos técnicos que debían tener las vallas homologadas y animaba a los padres a denunciar.

Eso es lo que hicieron los progenitores. Demandaron a la Junta por un anormal funcionamiento de un servicio público. La Administración autonómica rechazó su reclamación y las familias han decidido llevar el caso a los tribunales. Los progenitores siempre han sostenido que lo importante no es el dinero, sino que el caso de Álex y Natalia no vuelva a repetirse.

Las vallas se cambiaron tras el siniestro

RAZONES. Uno de los argumentos que utilizan los progenitores en su demanda es que la Junta de Andalucía sustituyó las vallas que protegían el precipicio de diez metros de altura por otras más consistentes y mejor fijadas al suelo. También explican que se redujo el límite de velocidad fijado en esa zona. “¿Por qué no se hizo antes?” se preguntan.