Condenados dos empresarios por la muerte de un trabajador

El obrero falleció aplastado por una grúa que carecía de medidas de seguridad

26 abr 2017 / 11:48 H.

Juan José Ballesteros Raya tenía 27 años cuando perdió la vida en un accidente laboral. Este electricista de Cambil murió en una finca de Aldeaquemada, a la que había acudido a trabajar para colocar unas señales en unos cables de alta tensión. La grúa a la que se había subido junto un compañero para realizar estas labores volcó y lo aplastó. Falleció en el acto, mientras que el otro trabajador resultó herido grave. El accidente se produjo el 23 de abril de 2013. Cuatro años después, la Justicia ha condenado a dos empresarios por delitos contra los trabajadores, de homicidio y de lesiones por imprudencia. A cada uno de ellos le cae un castigo de dos años y tres meses de prisión en una sentencia que acaba de ser ratificada por la Audiencia. El dueño de la finca y el conductor de la grúa han sido absueltos.

Los tribunales han determinado que el trágico siniestro se produjo porque los dos empresarios condenados no adoptaron suficientes medidas de seguridad. En concreto, la grúa telescópica con la que se estaban realizando los trabajos tenía acoplada una cesta para elevar a los trabajadores hasta el cableado. Sin embargo, esa instalación no estaba diseñada para subir personas —solo materiales—, tenía una barandilla elaborada “artesanalmente” y no estaba sujeta por un pasador de seguridad. Estas irregularidades, unidas a la inclinación del terreno, hicieron que la grúa volcase cuando dos trabajadores estaban dentro de la cesta. Juan José quedó atrapado y falleció por aplastamiento. Su compañero salió despedido y le cayó la cesta encima. Resultó herido grave. Estuvo 25 días en el hospital y necesitó más de 200 días para recuperarse totalmente de sus lesiones.

El jefe de estos dos obreros es uno de los empresarios condenados. Este hombre logró apartarse a tiempo cuando se produjo el vuelco del vehículo. El otro es el propietario de la grúa. Ambos fueron contratados por separado por el dueño del terreno para colocar unas señales en los cables de alta tensión que existían en su finca y evitar que las aves chocaran con el tendido eléctrico. Y según la sentencia ninguno de los dos adoptó las medidas de seguridad necesarias para que los equipos de trabajos que iban a utilizar sus empleados fueran los adecuados.

La sentencia establece una indemnización de 115.648 euros para los herederos del fallecido. Una cantidad que deberán abonar las empresas aseguradoras de los dos empresarios condenados.

Un trágico percance

El accidente mortal se produjo el 23 de abril de 2013 en la finca “La Lucía, ubicada a apenas tres kilómetros de Aldeaquemada. El dueño de la parcela contrató a dos empresas para colocar señales para pájaros en el cableado eléctrico. Uno de ellos aportó los materiales y los trabajadores y el otro la grúa utilizada para desarrollar las labores. Ese vehículo volcó por la falta de medidas de seguridad. Un accidente que causó la muerte de uno de los obreros.