Cinco años de cárcel por abusar de su nieta durante un lustro

La resolución judicial también castiga al padre de la menor por malos tratos

20 jul 2018 / 08:19 H.

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) confirma íntegramente la sentencia de la Audiencia de Jaén por la que se condenaba con cinco años y un día de prisión impuesta a José Á. C., un vecino de la capital de 66 años, por abusar de una de sus nietas durante casi un lustro. En la misma resolución también se impuso un castigo de 21 meses de prisión a Felipe A. Z., el padre de la niña, como autor de un delito de malos tratos. Ambos condenados recurrieron la sentencia de la Audiencia por infringir el principio de presunción de inocencia por cuanto la condena, según su recurso, se basó exclusivamente en la declaración de la menor, sin atender las manifestación de las otras hermanas, que negaron que se hubiesen producido malos tratos.

No obstante, el TSJA señala al respecto que, en el testimonio de la víctima, no se aprecia “móvil alguno de rencor u odio hacia su padre, sin que pueda ser asumido como motivación espuria de la menor el que quisiera irse a vivir con su madre”. Además, indica que el testimonio de la menor ha sido corroborado por otros medios probatorios “con la declaración de psicólogos, forenses y el educador que intervenía en la familia por la custodia de las menores”. Respecto al abuelo, la sentencia recuerda que, en casos relacionados con la libertad sexual, “es altamente frecuente que el testimonio de la víctima se erija en la principal prueba”.

Los hechos juzgados se remontan a mediados del año 2014, cuando el progenitor se separó de su esposa y se llevó a vivir con él a sus dos hijas biológicas, de 13 y 11 años. La mayor de las dos hermanas acabó denunciando a su propio padre en febrero de 2016. Relataba continuos episodios de insultos, menosprecios, golpes y puñetazos. Felipe Á. Z., de 36 años, rechazó estos hechos, aunque reconoció que alguna vez le había dado “alguna cachetada a su hija en el culo o en la boca” por faltarle al respeto a él o a sus abuelos. Sin embargo, el tribunal no le creyó y dio más valor a la versión de la niña. En este sentido, la sentencia habla de un comportamiento “hostil y violento” que se producía a diario. En alguna ocasión, la pequeña llegó a sangrar por la nariz y presentaba hematomas en el ojo como consecuencia de las agresiones. Por ello, la menor estaba “atemorizaba” y no podía llevar una vida social normalizada.

Pero es que, además de los malos tratos de su padre, la sentencia asegura que también sufría los abusos sexuales por parte del abuelo. Y no fueron un hecho aislado, sino que se produjeron durante casi un lustro. La resolución enumera diversos episodios que atentan contra la libertad sexual de la niña, como tocamientos. En el juicio, celebrado el 17 de mayo de 2017, José Á. C. rechazó esos cargos. Cuando le preguntaron por los hechos, el hombre aseguró que a sus nietas solo les hacía “cosquillas” o les rascaba por el brazo como juego, que “llegaba hasta el pechillo” y que lo hacía, incluso, delante de la madre.

Sin embargo, la víctima relató a los magistrados que su abuelo fue “más allá”. La versión de la menor fue considerada “creíble” por todos los psicólogos y profesionales que la atendieron a lo largo del procedimiento. La sala entendió que la menor no tiene motivo para incriminar en falso a su abuelo, “ni tampoco cabe achacar una hipotética animadversión o motivación torticera de alguien de su entorno familiar, que pudiera haber manipulado a la niña”. Hay que recordar que la defensa aseguró durante el juicio que la pequeña estaba “dirigida” por su madre.