Carlos Javier Fernández: “La relación de sinergias entre los museos aportará mucho a Jaén”

El nuevo director del Museo Provincial de Jaén afronta el proyecto de musealización después del traslado de piezas del edificio en el que debuta hasta el del Museo Ibero

16 abr 2024 / 17:00 H.
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Regresa a su tierra después de una trayectoria cargada de experiencia con la cultura como telón de fondo en los escenarios que pisó como jugador de fondo de la función pública. Carlos Javier Fernández Rodríguez (Jaén, 1974) se estrena como director del Museo Provincial de Jaén en un momento que supondrá y un antes y un después para todo un referente. El traslado de piezas para la exposición permanente del Museo Ibero obligará a una reorganización integral del espacio que dirige, con la que se muestra como un niño con zapatos nuevos.

—¿Quién es Carlos Javier Fernández Rodríguez?

—Soy conservador y, actualmente, ejerzo el cargo de director del Museo Provincial de Jaén. Empecé en el sector privado con el diseño expositivo de equipamientos de centros de interpretación hasta que llegó un momento en el que me decanté por la función pública, aprobé las oposiciones, ingresé en el Cuerpo de Conservadores del Estado y he tenido una trayectoria en distintos centros. Empecé en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática, pasé al Reina Sofía y, después, al Museo de Almería. Fue una etapa en la que trabajamos intensamente y tuvimos unos resultados bastante satisfactorios, sobre todo en cuanto a participación de ciudadanía e integración y en algo que me gustaría desarrollar en Jaén: continuar con la apertura del Museo a todos los públicos. Después tuve una etapa en el Ministerio de Asuntos Exteriores, en la que la Agencia Española de Cooperación Internacional me encargaba cuestiones multilaterales, de relaciones con la Unesco y de ejecución de proyectos en el exterior. Hoy estoy dispuesto a continuar el trabajo de los antiguos directores, a trabajar por las colecciones y a que la gente de Jaén pueda disfrutar de ellas.

—¿Cómo fue el regreso a Jaén?

—Muy emocionante, sobre todo, reencontrarme con un Museo que siempre ha sido un referente para quienes nos dedicamos a la cultura y con unas colecciones que ofrecen mil posibilidades. Ha sido un aterrizaje intenso y, a la vez, muy estimulante.

—¿Algún consejo de su antecesora, Francisca Hornos?

—Sí, sin duda, buenos consejos. Francisca Hornos ha cuidado mucho a su público, ha trabajado muy bien en conservación y esa labor oculta que no se ve desde fuera, por lo que me encuentro un Museo Provincial que, en los ámbitos documental y catalográficos, es excelente.

—¿Qué conocía de él?

—Conocía las colecciones y la historia, porque por mi formación he pasado mucho por aquí. José Luis Chicharro y Concha Choclán fueron directores de mi trabajo de fin de máster... La sección de Bellas Artes es uno de nuestros grandes tesoros, porque siempre se suele entender como un Museo de Arqueología, principalmente por sus colecciones iberas, prehistóricas e islámicas, pero las obras de Bellas Artes son las verdaderas desconocidas y quiero que los jiennenses disfruten de ellas.

—Hay tesoros ocultos...

—Ocultos y a la vista. Hay unos fondos de grabado que se están presentando de forma recurrente, pero la idea es que sean visibles en su totalidad, porque forman parte de los principales de Andalucía, desde el siglo XVIII hasta el XX, como la serie de “Los caprichos de Goya”.

—¿Qué supone para usted este nombramiento?

—Una gran satisfacción, porque me permite volver a mi ciudad y trabajar por su patrimonio. Es un reto, porque estamos en un momento en el que se va a desarrollar un proyecto museológico completo. Pocas direcciones tienen la posibilidad de intervenir en la colección permanente y, sobre todo, de planificar un Museo de cara al futuro. El objetivo es intervenir en todo el edificio en los próximos cinco o seis años, con una renovación integral de discursos, de exposiciones, de acceso... para convertirlo en un Museo del siglo XXI. Hay muchos más retos. Tenemos la salida de las piezas iberas, que afectan a Cerrillo Blanco y que ya están fuera todas, otras que se muestran de forma permanente y que dejaremos para final del movimiento, que durará unas ocho semanas, de tal forma que ahí llegará nuestro gran momento: volver a dotar de discurso la sala cuatro y las superiores.

Carlos Javier Fernández: “La relación de sinergias entre los museos aportará mucho a Jaén”

“Para mí es un reto, porque estamos en un momento en el que se va a desarrollar un proyecto museológico completo. Pocas direcciones tienen la posibilidad de intervenir
en la colección permanente”

—¿Qué ideas tiene en mente?

—Se trata de mantener la secuencia histórica. La parte íbera pasará al Museo Ibero y queremos tener un espacio de transición, pero sin duplicar el discurso expositivo, de tal forma que pondremos nuestras piezas del mundo romano, visigodo e islámico para que tengan el espacio que merecen. Otro reto es aprovechar este movimiento para solventar algunas carencias que tiene un edificio histórico, que se encuentra en una antigua zona de huertas y que presenta problemas de humedad sobre los que el Ministerio de Cultura intervendrá arquitectónicamente. A partir de ahí empezará el proyecto museográfico con todas las garantías, siempre garantizando la seguridad y conservación de las piezas.

—¿Está falto de espacio?

—No, no, el edificio es imponente, con distintos pabellones y, en cuanto a superficie, disponemos de un Museo Provincial acorde a las necesidades.

—¿Habrá parte etnográfica en su proyecto de musealización?

—No, está en Diputación, perfectamente estudiada, investigada, musealizada y a disposición de los jiennenses, que realmente es de lo que se trata. Nosotros recibimos distintos depósitos, tenemos un gran número del Museo del Prado. Hay quien dice que nuestra sala de Bellas Artes es un pequeño Prado, con 69 obras de calidad excepcional. Y, a la vez, nosotros también tenemos depósitos fuera, como el que está en el Palacio de Villardompardo, que cumple su función a la perfección.

—¿Habrá intercambio de piezas entre museos?

—Sin duda, no sólo en exposiciones temporales, sino también en proyectos de ventana a otros museos sobre obras de primer orden que permitan que el visitante, cada vez que venga al Museo de Jaén, pueda ver colecciones totalmente diferentes, lo mismo que revisitar la misma pieza desde diferentes perspectivas.

—¿Dónde están las piezas halladas en excavaciones?

—Están conservadas en el museo, que es nuestra principal función. Cuando nos entra una pieza procedente de una excavación arqueológica, lo primero que se hace es estudiarla, inventariarla, asegurar su conservación y ponerla a disposición de los investigadores. Cuando tiene una singular relevancia, pasa a un espacio previo a la exposición y, después, está disponible para mostrarla de forma temporal, una pieza del mes o integrarla en la permanente. El Museo no es sólo lo que se ve, sino lo que albergan las áreas de reserva para nuestra vida cotidiana en este edificio.

<i>Carlos Javier Fernández y Manuela Rosa Jaenes, adjunta a la Dirección de Diario JAÉN. </i>
Carlos Javier Fernández y Manuela Rosa Jaenes, adjunta a la Dirección de Diario JAÉN.

“El Museo Ibero no es una competencia, sino una institución con la que podemos establecer una gran sinergia para que el visitante de Jaén no venga una vez cada veinte años, sino que sea asiduo”

—¿Cómo interpreta los datos que maneja de visitas?

—Tenemos un número bastante importante, sobre todo escolares, gracias al programa didáctico, pero tenemos que trabajar mucho por la visita individual con un proyecto de actividades en diferentes líneas para capar la atención. El Museo Ibero no es una competencia, sino una institución con la que podemos establecer una gran sinergia para que el visitante de Jaén no venga una vez cada veinte años y que, cuando reciban a familiares o amigos, tengan este espacio museístico como un referente. Ese es nuestro objetivo. Hay una cuestión clave: preparar una oferta inclusiva y accesible.

—¿A qué se refiere?

—Tenemos un museo sin barreras físicas en el noventa por ciento de su recorrido expositivo, pero queremos prestar atención a la diversidad funcional, a personas que puedan tener dificultades para disfrutar de nuestras colecciones, de tal forma que queremos adaptar nuestro servicio, que es universal, para tener en cuenta absolutamente a todos los públicos. Se trata de poner a disposición la cultura de todos los jiennenses. Nuestra intención es trabajar con público que no se puede desplazar, como niños en aulas hospitalarias, a los que les llevaremos el Museo allí y disfruten con esta experiencia. También en residencias para generar una relación continua entre la sociedad en su conjunto y poner el acento en quienes lo tienen más difícil. Es un concepto de accesibilidad universal, que el ciudadano sepa que lo acogemos con los brazos abiertos y que hay oferta para cada uno.

—¿Puede ocurrir, cuando esté completo el Museo Ibero, que el pez grande se coma al chico?

—No, en absoluto, no hay peces grandes ni chicos. Es un grandísimo Museo, que aportará mucho a la oferta cultural de Jaén, pero no es excluyente. Nuestra colección es diferente y nos complementaremos en nuestras actividades porque los dos trabajaremos por lo mismo y, además, estamos muy cerca, por lo que no tiene sentido que no haya colaboración. Es una relación de sinergias que aportará mucho a Jaén.

—¿Ve normal que una exposición temporal dure seis años?

—Sí lo veo normal, porque conozco el proceso. Se ha trabajado mucho desde su origen y se han barajado diferentes opciones siempre con la idea de hacer el mejor Museo Ibero posible con la mejor colección posible. Eso, si lo quieres abrir, lo puedes hacer de cualquier manera, pero no es el caso. La gran traba es que la titularidad de las piezas es del Estado, un caso pionero de cesión en depósito gracias a un entendimiento con la Junta de Andalucía que se consiguió en 2022, pero hasta ese momento el trabajo se enfocó a ver de qué manera se podían traer las piezas de titularidad estatal, algo fundamental para que estuvieran todos los yacimientos importantes musealizados. Ahora queda ejecutar el proyecto, lo que no es fácil en un gran Museo, siempre y cuando se haga con todas las garantías.

Carlos Javier Fernández: “La relación de sinergias entre los museos aportará mucho a Jaén”

“La cultura tiene un peso que no siempre se valora lo suficiente. Tenemos que recordar que lo que nos mantuvo cuerdos, encerrados en nuestra casa en la pandemia, fue la cultura”

—¿Qué opina de la cultura conservadora de Jaén?

—Tenemos, históricamente, grandes pérdidas, porque todos recordamos el Teatro Cervantes y monumentos que cayeron en épocas determinadas, pero hoy en día todas las administraciones luchan por conservar el patrimonio. Es nuestra labor, como administradores culturales, conseguir una concienciación ciudadana y hacerlo ver como una potencialidad. Por lo demás, como todas las ciudades, con sus luces y sus sombras.

—¿Cómo se ve Jaén desde fuera?

—Estamos en una provincia con una riqueza enorme en todos los sentidos, patrimonialmente única, con más castillos de toda Europa, dos ciudades Patrimonio de la Humanidad y a las puertas de conseguir que lo sea la Catedral de Jaén y con un potencial turístico, cultural y natural que creo que debemos presumir de él.

—¿Cómo fue su experiencia en un país en guerra, Ucrania?

—Muy enriquecedora, dura, evidentemente, pero el proyecto que desarrolla Unesco con la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo trata de fomentar la resiliencia y desarrollar el sector cultural ucraniano, algo esencial, porque, precisamente, hay administraciones ucranianos que defienden que la guerra es contra su cultura con el fin de destrozar la identidad de este país. No es casual que sean los archivos, los centros culturales y las iglesias los más atacados. Por eso es importante el trabajo para reforzar la formación de los profesionales, reformar la legislación, que es de época soviética, y crear un espacio que dé la sensación de continuar con la vida cotidiana. La cultura tiene un peso que no siempre se valora. Lo que nos mantuvo cuerdos, encerrados en nuestra casa en la pandemia de la covid, fue la cultura.

—¿Cuál quiere que sea su impronta cuando deje de ser director del Museo Provincial?

—Si no se me recuerda no pasará nada, pero lo que sí quisiera es que el Museo Provincial sea querido por los jiennenses, una visita obligada y, sobre todo, que se entendiera como un espacio abierto a todo el mundo que la ciudad demanda, una institución integrada en el tejido cultural.

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