“Bien dicho: Al cuidado del frágil”

El obispo bendice la nueva residencia y unidad de estancia diurna de Aspramif

17 nov 2016 / 12:32 H.

Trece años después de que la Asociación para la Promoción y Atención a Personas con Discapacidad Física y Orgánica (Aspramif) soñara con una residencia y una unidad de estancia diurna, los socios de la organización disfrutan ya de la realidad de un edificio en el que reciben todas las atenciones necesarias para su integración.

En un largo camino lleno de esperas, demoras, ilusiones, decepciones y nuevas alegrías, los usuarios de las instalaciones, ubicadas en el Bulevar, recibieron una visita muy especial: el obispo, Amadeo Rodríguez, acudió para bendecir el edificio y para conocer a la comunidad de Aspramif. “Estoy muy contento de conocer las realidades que hay en nuestra diócesis y, en la medida que puedo poner cariño y mi afecto personal, al representar el amor de Dios, vengo a poner bendición en esta casa”, explicó el representante eclesial, quien definió la palabra bendecir: “Significa que Dios dice bien de lo que el hombre hace bien, como por ejemplo realidades y obras sociales como la de hoy, que agradan el corazón de Dios”. El obispo insistió en que, si bien la sociedad tiene sus “carencias”, también hace “cosas buenísimas” como “cuidar a los que tienen mayores fragilidades”.

Por su parte, el presidente de Aspramif, Ricardo Rocío, expresó su satisfacción de contar con el edificio en marcha y agradeció la visita del obispo. “Teniendo en cuenta las dificultades que hemos pasado para llegar a donde estamos, si nos echan una mano desde arriba para que esto funcione lo mejor posible, pues estamos encantados”, apuntó. Rocío hizo especial hincapié en que se trata de una obra demandada por los socios. “Por lo tanto se cumplen los deseos de las personas que ocupan la estancia de día y se benefician de los servicios de terapia y fisioterapia”, expresó. Además, a preguntas de Amadeo Rodríguez, el presidente de Aspramif recordó que el proyecto comenzó en 2003, pero no fue hasta 2005 cuando se puso la primera piedra. “Aunque en 2014 ya estaba finalizada la construcción, pasaron dos años para cerrar todo el papeleo necesario”, concretó Ricardo Rocío. “Lo más difícil ya se ha hecho, ahora hay que luchar para que se llene de vida”, reflexionó.

El edificio ofrece 24 plazas para residentes distribuidas en habitaciones individuales, dobles y triples, amplias y con cuartos de baño de grandes dimensiones. Asimismo, la unidad de día consta de 20 plazas con las instalaciones correspondientes. En las dependencias hay salones multifuncionales, comedores, piscina terapéutica climatizada, salas de fisioterapia, lavandería, plazas de aparcamiento y cocina. Al estar dada de alta en la Junta de Andalucía, los interesados ya pueden tramitar las plazas con las ayudas de la Ley de la Dependencia. En cuanto a los servicios que se ofrecen en las instalaciones, los usuarios pueden contar con tratamientos de fisioterapia, hidroterapia, enfermería, psicoterapia, terapia ocupacional y atención social. La empresa Entrepinares gestiona el centro y colabora con la Aspramif.

La directora de la residencia, Carmen Álvarez, se mostró orgullosa de contar con el centro abierto. “Llevamos casi un año con la preparación de todo lo que tiene que ver con la puesta en marcha de la residencia y la unidad. Esto es un pasito más, pues el centro ya tiene usuarios, que es, en definitiva, nuestro objetivo”, manifestó Álvarez, quien aseguró estar “muy satisfecha” por el esfuerzo de Aspramif.