Arranca el procedimiento para arreglar Alcalde Cancio Uribe

La recepción de ofertas a esta obra de 94.168 euros finalizará el día 22

09 jun 2017 / 11:25 H.

En el barrio de La Alcantarilla, los vecinos recordarán siempre los ochenta del siglo pasado por el desalojo de varios edificios de la calle Manuel Briceño. La razón fue el riesgo de derrumbe de los inmuebles debido al corrimiento de la ladera conocida popularmente como de San Ramón. Pero esta no era la única calle afectada. El desplazamiento de los terrenos estaba dejando los cimientos de las viviendas sin tierra base y los efectos quedaban a la vista en las vías anejas: San Ramón, la carretera de Otíñar y Alcalde Cancio Uribe. Pasadas tres décadas de grietas, socavones y arreglos menores que, precisamente porque eran menores y no la solución que reclamaba el barrio (la construcción de un muro de contención) y demoraba el Ayuntamiento resultaban infructuosos, esta última calle por fin espera la obra que, teóricamente, debería poner fin a tanta angustia vital concentrada.

El 22 de este mes acaba el plazo que tienen las empresas para hacer sus ofertas a esta intervención “urgente” que tiene un presupuesto de 94.168 euros. Las obras son necesarias para garantizar la seguridad de los bloques y, por extensión, la de sus residentes que, ante el retraso que acumulaba el presupuesto municipal de este año —aprobado solo en su fase inicial—, el equipo de Gobierno local llevó al pleno de marzo una modificación de las cuentas prorrogadas de 2015 con el objetivo de no demorarlas por más tiempo.

De acuerdo con el pliego de condiciones, el proyecto de obras comprende la reparación de las zonas hundidas de la calle (el tramo central y el acerado opuesto a las viviendas, que “ha sufrido importantes movimientos verticales” , y la sustitución de las redes de abastecimiento de agua potable y evacuación de las residuales. En la calzada se utilizará aglomerado asfáltico, mientras que el acerado será de baldosa de tacos sobre solera de hormigón armado. Todo ello sobre un encachado de zahorra artificial. Para garantizar la calidad de los materiales, el contratista deberá proporcionar un mínimo de dos muestras de aquellos que se utilizarán y, de no reunir las condiciones exigidas, serán retirados de la obra.

Por último, y dado que la calle se encuentra “totalmente desaprovechada” y el margen este se utiliza para el aparcamiento de coches en batería, el proyecto prevé la plantación de arbolado en el talud, que, en estos momentos, carece de tratamiento. El objetivo es adecuarlo como zona verde, habilitando un paseo de sombra que permita admirar el paisaje y mejorar la imagen urbana de la ciudad, además de procurar un lugar de esparcimiento en la zona, se indica en el pliego de condiciones. Una vez que se adjudique el contrato, el plazo de ejecución será de dos meses, si bien, en caso de que las obras no se puedan terminar en ese tiempo, “por causa mayor o por razones ajenas al contratista, se podrá otorgar una única prórroga de un mes previo informe favorable de la dirección facultativa de los trabajos. Cuando se aprobó la modificación del presupuesto vigente, el concejal de Hacienda, Manuel Bonilla, ya indicó a este periódico que el objetivo del Ayuntamiento era agilizar el procedimiento al máximo con el fin de que las obras se ejecuten en la estación más propicia: el verano.