Armas a la venta desde 5 hasta 100.000 euros

La subasta de la Guardia Civil atrae a cientos de armeros, cazadores y coleccionistas en busca de una ganga

12 abr 2016 / 12:30 H.

Durante toda esta semana, la Comandancia de la Guardia Civil se convierte en una inmensa armería en la que estarán expuestas —en horario de nueve de la mañana a una de la tarde— las poco más de seiscientas armas de fuego de todo tipo que el Instituto Armado sacará a subasta el lunes próximo. Y en una provincia como Jaén en la que siempre “huele a pólvora”, no es extraño que centenares de personas se den una vuelta por el cuartel. Cazadores, tiradores, armeros, miembros de los Cuerpos de Seguridad del Estado y coleccionistas buscan una ganga en los mostradores. No en vano, hay algunas escopetas que tienen un precio de salida de tan solo cinco euros. Y otras a las que su propietario ha llegado a tasar en 100.000 euros, una cifra que, lógicamente, está fuera de mercado. “Es lo que nosotros llamamos ‘un acto de ira’, una excentricidad. No tiene gana de venderla, por lo que sea, y prefiere que vaya a la chatarra”, dice un agente que ha participado ya en muchas de estas subastas.

Aquí, en la práctica, el Instituto Armado ejerce como mero intermediario entre el comprador y el vendedor privado. La Guardia Civil recibe en depósito piezas procedentes de entregas de particulares que se quedan sin el permiso, deciden no renovarlo o depositan las de algún familiar tras su fallecimiento. Pasado un plazo mínimo de un año, pueden ser sacadas a subasta. En ese periodo, el propietario ha tenido la oportunidad de recuperar su licencia. Si no lo hace, su arma irá a los mostradores para que cualquier persona interesada puje por ella.

Es lo que ha pasado con las 604 armas, largas y cortas, que estarán expuestas en la Comandancia hasta el viernes. Hay 431 escopetas, 32 carabinas, 19 rifles, 50 pistolas, 23 revólveres y otras 49 piezas de otro tipo. Ha gustado mucho una trabuco similar a los que se pueden ver en las películas de bandoleros. O un arma larga de avancarga, muy apreciada por los coleccionistas.

La Guardia Civil ha tenido todas estas armas bajo custodia. Durante un tiempo, se ha encargado de guardarlas, transportarlas y enseñarlas en una exposición al público. Lo único que no hace es tasarlas. De eso se encargan los vendedores, que han de fijar un precio de salida, y los compradores, que son los que deciden si merece la pena pagar un dinero por una pieza de segunda mano. Si, finalmente, algún interesado se echa para adelante debe dar una señal. El único requisito es tener la licencia en vigor, lo que supone que se acredita un conocimiento teórico de lo que se tiene entre manos y que las aptitudes psicotécnicas no están mermadas. El 18 de abril, se abrirán los sobres con las pujas. Aquellas armas que no se vendan, tienen un futuro asegurado: la chatarra.