Año y medio de prisión por matar murciélagos

La Fiscalía pide 135.000 euros de indemnización
a dos empleados de mantenimiento de la Universidad

05 feb 2018 / 10:31 H.

Dos trabajadores de la empresa encargada del mantenimiento en la Universidad de Jaén (UJA) se enfrentan a año y medio de prisión, así como al pago de una indemnización de 135.000 euros, por acabar con cuarenta y cinco murciélagos de herradura que anidaron en el cajetín de una persiana situada en uno de los despachos de los edificios del campus. Es la petición que realiza la Fiscalía en su escrito de calificación provisional, en el que a ambos acusados se les imputa un delito contra la fauna.

Los hechos se remontan al 5 de junio de 2017, cuando los dos empleados recibieron un parte de trabajo para limpiar el cajetín de la persiana de un despacho de la tercera planta del edificio D2 de la UJA. Se les avisaba de que en el interior del tambor de la persiana podían haber anidado murciélagos. El escrito recoge que “los dos acusados, sin tomar ningún tipo de precaución y con el objetivo claro de terminar con la vida de los animales que estuvieron refugiados o anidando en dicho cajetín, sin precaución alguna, ni asesoramiento sobre los animales existentes en dicho lugar, empezaron a forzar la persiana y a realizar ruidos excesivos con golpes en las maderas”. Lo hicieron a plena luz del día, lo que llevó a que los murciélagos “salieran de su nido aturdidos por los golpes, llegando a caer desde una altura de más de siete metros”. Añade que cuando los acusados se percataron de que eran este tipo de animales, “lejos de adoptar las medidas oportunas, golpearon con más fuerza el cajetín, dando lugar a que las crías murieran en el acto tras caer presurosas del nido”.

A juicio por espiar en el móvil de su novio

A. M. T es juzgada hoy en el Juzgado de lo Penal de Jaén por “espiar” en el teléfono móvil de su pareja, F. J. C. La acusada mantenía una relación desde hacía tres años y medio, que finalizó el mes de marzo de 2016. En el periodo comprendido entre diciembre de 2015 y hasta el día de la ruptura, la acusada “guiada por el ánimo de vulnerar el secreto de las conversaciones ajenas”, accedió sin el consentimiento de su pareja a las conversaciones privadas de Whatsapp que él tenía guardadas en su teléfono móvil. En ellas descubrió al menos una conversación de “carácter sexual”. Por lo tanto, se acusa a A. M. T. de un delito de descubrimiento y revelación de secretos. La Fiscalía pide tres años de prisión, veinte meses de multa a razón de una cuota diaria de cinco euros, y cuatro años de prohibición de acercarse y comunicarse a menos de cien metros respecto de su pareja, su domicilio, su lugar de trabajo o comunicarse por cualquier medio.