Al juzgado para recuperar las piezas de la operación “Leona”

La Junta se persona en la causa para traer las esculturas al Museo

19 abr 2019 / 11:53 H.

Desde hace cuatro meses, un Juzgado de Barcelona mantiene inmovilizadas tres preciadas piezas: tres esculturas íberas del siglo VI antes de Cristo y que, presuntamente, fueron expoliadas de algún lugar todavía por determinar de las provincias de Jaén o Córdoba. Los tesoros fueron recuperados por la Policía Nacional en la bautizada como operación “Leona”, en la que fueron detenidas cinco personas, entre ellas varios anticuarios y marchantes de obras de arte de Cataluña. Ahora, la Junta de Andalucía se ha personado en la causa con un único objetivo: recuperar esas piezas y traerlas al Museo de Arte Íbero de Jaén.

La investigación arrancó en el año 2017 gracias a las pesquisas de los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de Jaén, expertos en la recuperación de obras de arte. Los policías recibieron una información sobre el supuesto expolio de un yacimiento íbero, un santuario oculto entre olivares. A partir de ahí, las indagaciones, que estaban dirigidas por un Juzgado de Linares, avanzaron y los investigadores llegaron a conseguir fotografías de las piezas que estaban buscando: una leona y dos toros esculpidos en piedra. Fue una pista fiable, pero no lo suficiente como para encontrarlas entonces.

El rastro de las esculturas volvió a ser visible en marzo de 2018, cuando la Policía Nacional culminó la operación “Harmakhis”, dirigida por un Juzgado de Barcelona y centrada en una presunta red de tráfico de obras de arte expoliadas en Libia y que servía, según la tesis de los investigadores, para financiar a los terroristas del Estado Islámico gracias al dinero que se pagaba por ellas.

En los registros domiciliarios en propiedades de los anticuarios catalanes detenidos, los agentes encontraron más fotografías de las tres piezas íberas. A partir de ahí, se supo que las esculturas estaban ya en el mercado. De hecho, la más valiosa, la leona, había sido adquirida por la hija del banquero Emilio Botín. La compradora presentó a los agentes numerosa documentación en la que acreditaba que, entre otras cuestiones, que se había hecho con las piezas de forma legal, a través de un contrato formalizado el 28 de junio en Madrid. Entre los papeles aportados, había una factura, fechada en 1974 y que, presuntamente, certificaba la compra de las esculturas por parte del anticuario. También entregó un informe con supuestos trabajos de restauraciones efectuados a las obras de arte antes de 1945. Si esos papeles fueron auténticos, la tesis policial de que esas piezas fueron expoliadas hace un par de años quedarían invalidadas.

Sin embargo, los agentes sospechan que esos papeles son falsos, es decir, que fueron “fabricados” expresamente para ocultar la procedencia ilícita de las piezas. ¿Por qué piensan esto? Es aquí donde entran en juego las primeras fotografías que llegaron a manos de la Policía de Jaén, allá por el año 2017. En las imágenes se aprecia que las esculturas todavía tenían restos de tierra, es decir, no habían sido limpiadas, lo que hace pensar que acababan de sacadas de su lugar original. Los agentes sospechan que la documentación aportada por los anticuarios y los intermediarios a la hora de formalizar el contrato de compra-venta con la familia Botín fue creada a propósito para garantizar la legalidad de la adquisición.

Actualmente y mientras prosiga la investigación, la leona y los dos toros íberos están intervenidos por orden del Juzgado de Instrucción número 24 de Barcelona. La Junta de Andalucía se ha personado en esta causa con el objetivo de recuperar las esculturas y exponerlas en el Museo de Jaén. No hay que olvidar que si, finalmente, se demuestra que fueron expoliadas en algún yacimiento de la comunidad en fechas recientes, pertenecerían al patrimonio de todos los andaluces. De momento, la Administración autonómica prefiere guardar silencio al asunto, según explican fuentes oficiales. Justifican la decisión en que no pretenden interferir en el proceso judicial abierto.

La investigación se centra en hallar el yacimiento

La investigación policial y judicial no está, ni mucho menos, concluida. Los miembros de la UDEV de Jaén mantienen abierta una indagación con un objetivo claro y definido: localizar el yacimiento del que, supuestamente, fueron expoliadas la leona y los dos toros íberos. De momento, los agentes sospechan que puede estar en las cercanías de Porcuna o en un municipio de la provincia de Córdoba. Las investigaciones se apoyan en buena parte en las periciales aportadas por los arqueólogos jiennenses, que han visto las piezas a través de las fotografías. Sostienen que las esculturas se parecen a otras similares como el conocido como “León de Bujalance”. Es fundamental conocer con precisión el lugar que sufre el expolio.