Los adolescentes dejan de crecer

06 oct 2019 / 12:05 H.

Según un informe de la Fundación Santa María sobre jóvenes españoles, solo el 10% de los adolescentes son católicos practicantes. La mayoría asisten a la catequesis para la Primera Comunión, pero una vez terminada, la mayoría ya no regresan. La Iglesia ha adelantado la Confirmación con el fin de retenerlos, pero los pocos que llegan a la Confirmación, cuando la hacen, también “vuelan” a otros nidos.

Quiero con ello decir que también a los jóvenes los tenemos perdidos del seno de la Iglesia y son pocos los que se identifican con ella, y más bien la ven como una institución trasnochada, fuera de la realidad y que no da respuesta a lo que ellos buscan o necesitan.

A mí, personalmente, me preocupa y me cuestiona y me hace preguntarme con autocrítica, ¿qué estamos haciendo mal para no llegar a ellos?, ¿por qué ellos se van alejando?, ¿por qué la fe les dice poco y la estructura menos? Lo mas fácil sería “echar balones fuera”, echar la culpa a la sociedad, decir que el mundo está muy mal, que se han perdido valores y que esto no tiene arreglo. Pero yo me resisto al pesimismo. Creo sinceramente que depende mucho también de lo atractivo que hagamos el mensaje y de la actualidad y vigor con que ofrezcamos al Señor, el Jesús del evangelio. Y, esa vivencia, tiene que ir más allá de formalismos y etiquetas.

La gente nos quiere normales y con vivencia de lo que ofrecemos. Nuestro mensaje tiene que ser no de obligación, sino de compromiso y sentimiento, vivencial que rezume al Señor del evangelio. Se nota mucho cuando hablamos de memoria a cuando hablamos desde la vida. Y, para ello, hay que estar muy ceca de la gente y también del Jesús del evangelio.