Temor ante un ataque a Idlib, último bastión de los rebeldes

El sistema de salud no podría atender un aumento de personas heridas

05 sep 2018 / 08:44 H.

La desesperación en que viven los más 2,5 millones de personas que se encuentran en Idlib, último bastión de los rebeldes, si se produce un asalto militar a gran escala por parte de las fuerzas gubernamentales y sus aliados, podría convertirse en “miseria”, alertó ayer el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

“Me preocupa que la intensificación de las hostilidades convierta la desesperación en miseria para muchísimos civiles”, señaló el director para Oriente Próximo del CICR, Fabrizzio Carboni.

Tras más de siete años de conflicto, el CICR teme que “la reanudación de los combates en Idlib pueda provocar un sufrimiento cercano a la miseria humana que hemos visto en Alepo, Ghuta Oriental y Raqqa”, añadió Carboni.

Las condiciones en Idlib ya son “extremadamente difíciles”, en especial para los cientos de miles de desplazados que llegaron a la provincia huyendo de la violencia en otras partes del país y en virtud de acuerdos entre el Gobierno y los rebeldes para evacuar antiguos bastiones o que han huido de los combates en el último año.

“Se trata de una población ya de por sí vulnerable, en especial quienes viven en campamentos y carecen de recursos básicos”, explicó a Europa Press Iolanda Jaquemet, portavoz del CICR. Según indicó, solo el 60 por ciento de las infraestructuras de agua y saneamiento funciona de forma parcial, en parte como resultado de los combates pero también por la falta de mantenimiento. Otro de los grandes problemas en Idlib es la falta de combustible, señaló la portavoz. “Aquí la electricidad se produce con generadores, así que los hospitales o las bombas de agua funcionan con generadores” y se ven afectados por la escasez de combustible y su elevado precio, que también tiene un impacto en las panaderías, algunas de las cuales además se han visto alcanzadas por los combates, añadió.

La portavoz del CICR también puso el acento sobre el impacto que el conflicto ha tenido en todas las instalaciones sanitarias. Así, señaló también que de los 28 hospitales y clínicas en la provincia, ocho no funcionan, mientras que el resto funcionan solo durante el día, con menos personal y medicamentos. En algunos casos, los hospitales también han sido atacados, dejando a la población sin atención, precisó Jaquemet.