La Policía de Monrovia dispersa con balas reales y gas lacrimógeno a los habitantes de un barrio en cuarentena 

La Policía de Monrovia, la capital de Liberia, ha empleado balas  reales y gases lacrimógenos para dispersar a la multitud que este  miércoles ha intentado abandonar el barrio de West Point, que ha sido  puesto en cuarentena por el brote de ébola.  

    20 ago 2014 / 17:51 H.

    "Los soldados están usando munición real", ha dicho el portavoz  del Ejército, Dessaline Allison, explicando que los uniformados han  seguido estrictamente la ley, por lo que "no han disparado contra  ciudadanos pacíficos".   Al menos cuatro personas han resultado heridas en los  enfrentamientos con la Policía, según testigos. Aunque se desconoce  si fueron alcanzados por las balas, un fotógrafo de Reuters ha podido  ver a un niño con una herida muy grave justo encima de un tobillo.   Los enfrentamientos se han desatado por la mañana cuando los  habitantes de este barrio de Monrovia han intentado abandonarlo y se  lo han encontrado sitiado con barricadas en todos los accesos, a  pesar de lo cual la Policía ha escoltado fuera al comisionado local.   Los residentes han denunciado que las autoridades capitalinas no  les habían informado de que el barrio se iba a poner en cuarentena.  "Hemos visto el bloqueo esta mañana. Nadie nos había dicho que esto  iba a pasar", ha dicho Alpha Barry, de 45 años de edad.   Se trata de una situación grave porque los habitantes de Monrovia  acostumbran a comprar  a diario los alimentos que necesitan, por lo  que no tienen las provisiones necesarias para aguantar la cuarentena.  Además, los precios de los alimentas que quedan en el barrio se han  disparado. "No tenemos comida, estamos asustados", ha dicho Barry,  procedente de Guinea y con cuatro niños pequeños a su cargo.  

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado hoy de que  el balance de muertos por el brote de ébola en África Occidental  asciende ya a 1.350. En su informe anterior, publicado ayer, había  cifrado en 1.229 los fallecidos en Guinea, Sierra Leona, Liberia y  Nigeria.   Según ha indicado, entre el 17 y el 18 de agosto, la última fecha  de la que hay datos, se confirmaron 106 nuevas muertes por la  mortífera enfermedad. La agencia de la ONU ha precisado que en este  periodo se detectaron 221 nuevos casos sospechosos, probables y  confirmados.