Un nombre para la historia del fútbol

Tras más de 70 años viendo, y mucho tiempo viviendo, fútbol, pueden comprender que he visto y conocido a miles de futbolistas y hasta he tenido buena amistad con docenas de ellos. Sin embargo, aunque hubo muchísimos a los que aplaudí han sido muy pocos a los que he admirado con auténtica verdad. Comprendo que soy muy exigente a la hora de juzgar a un futbolista o a un torero. Siempre he dicho que no me interesa ni el fútbol ni los toros sino hay en ellos arte. Y entre las legiones de futbolistas y toreros los artistas de verdad se pueden contar con los dedos de las manos.

    10 mar 2014 / 13:00 H.

    También valoro otras virtudes en mis ídolos, como es su caballerosidad, su nobleza, su honestidad profesional y personal. Mi primer gran ídolo fue el de casi todos los jiennenses de la época: Ángel María Arregui, al único que conocí personalmente. Arregui no era un artista con el balón en los pies pero lo manejaba con la cabeza mejor que con las manos. Era un profesional íntegro en el terreno de juego y un caballero exquisito fuera de él. Supo ganarse el afecto de compañeros y afición y el respeto de los adversarios. Después, me ganó el temple y la humildad de Emilio Butragueño, ese jugador voluble que pisaba el balón dentro del área chica rival y hacia estragos entre la perpleja defensa. Fue otro gran caballero del fútbol. Tras él, ganó mi admiración Valerón, con su fútbol exquisito bordado con su fragilidad física. Hace pocas fechas gocé al poderle dedicar unos aplauso emocionados cuando jugó en el Estadio de la Victoria frente al Real Jaén. Y por esta misma línea, me tiene ganado Iniesta, para mí el mejor jugador del mundo. Otro artista humilde que hace labor de orfebrería con el balón en los terrenos de juego. Otro caballero del deporte. Y, como Arregui, otro jugador por el que he sentido respeto a admiración, no por su juego preciosista pero sí por sus grandes cualidades futbolísticas y virtudes humanas, ha sido y es Puyol. Un jugador de esos que se llaman “de club” porque sirven para todo y siempre cumplen sin alardes ni complicaciones extradeportivas. Puyol se lo ha dado todo al fútbol, a su club y a la selección española. Hace unos días anunció su retirada y deja al Barcelona, el club de su vida. Pero deja su nombre en la historia del fútbol mundial y una huella de grandes éxitos.

     

    Ahora, con prisas
    —Parece que la Junta tiene prisa por que en el nuevo Conservatorio se escuche pronto la música. —¡Vaya! Pues con el Museo Ibérico ya hace tiempo que está dando la nota.