Ignorantes de la vida

Seremos analfabetos en macroeconomía, pero no ignorantes de la vida. Primero fue Argentina hace tres semanas con la filial de la petrolera YPF y ahora va su vecino de arriba, Bolivia, y expropia también otra filial de una empresa española, de Red Eléctrica en este caso. Ese mismo día, el Gobierno español se apresuró a aclarar que no era lo mismo, ¡'vamos! como si el común de los mortales se hubiera caído de un guindo.

    08 may 2012 / 22:00 H.

    ¿Que no es igual? Pues se parece una barbaridad. La cuestión elemental es que se expropian intereses españoles en Iberoamérica y sobre ese común denominador no hay discusión posible. Matices, todos, pero el fondo es idéntico. Da miedo pensar qué puede deparar el futuro si ahora se confabulan todos para expropiar a diestro y siniestro empresas españolas. De hecho, ya hay quien señala a Iberdrola. Con la que está cayendo dentro, si ya no se puede salir a vender fuera, apaga y vámonos. Mariano Rajoy debe hacerse valer en el contexto internacional y poner sus bemoles sobre la mesa, o nos van a comer con patatas y sin despeinarse. España tiene una solvencia y un prestigio que defender, si no ya por orgullo patrio, al menos para no sentar un peligroso precedente. No se puede consentir que en un parlamento democrático (¿o el argentino no lo es, acaso?) se pretenda insultar a una diputada con el apelativo de “española”, como sucedió este pasado viernes en la sesión en la que se votó la expropiación de la filial de Repsol. Da auténtica vergüenza ajena, aunque no sorprende, si se tiene en cuenta que hay españoles que también lo defienden, desde grupos políticos como Izquierda Unida hasta personajes públicos como Serrat o Sabina, que serán unos artistazos impresionantes pero que con su postura en este asunto han defraudado a muchos de sus seguidores. Y si Amaiur se solidariza con Argentina, es más que preocupante.
    Si yo fuera Evo Morales me preocuparía más por resolver las turbulencias sociales y políticas de mi entorno en vez de intentar calmarlas mordiendo la mano del país que me condonó una deuda de 62 millones de euros. Qué mala es la falta de memoria. Y no ser agradecido.

    Publicado en Diario JAEN en la sección Pongamos por caso. Si yo fuera Evo Morales, del domingo 6 de mayo