Podemos y Lotocracia

El desprestigio de entidades como el Banco de España, el Senado, el Consejo General del Poder Judicial, el Consejo de Estado, el Defensor del Pueblo, los partidos políticos, los sindicatos, unidos a la crisis motivada por los bancos, han creado una situación de emergencia que intenta justificar los recortes y sacrificios de los ciudadanos, impuestos por organismos europeos, y están ayudando a transformar nuestra democracia real en aparente y sirviendo, cada vez más, para administrar el empleo y los  favores públicos.

    04 jul 2014 / 22:00 H.

    La percepción de este hecho por numerosísimos ciudadanos ha originado la “sorpresa” en las elecciones europeas entre perjudicados, indignados y votantes usuales desencantados. Para agravar más el asunto las instituciones últimas como son la Monarquía, el Tribunal Constitucional, el Parlamento europeo y diferentes ámbitos del poder judicial a escala supranacional han caído en el descrédito, al crecer las sospechas de favorecer a los poderosos y olvidar a los desfavorecidos y a los ciudadanos normales.
    Los integrantes de “Podemos” partiendo del sistema asambleario quieren encontrar nuevos caminos que conduzcan a la regeneración moral y equidad de la Justicia al tiempo de debilitar o sustituir el actual sistema basado en la gobernanza por los partidos políticos. Pero el seguir utilizando el sistema asambleario garantiza, al igual que ocurrió en el pasado con el anarquismo, un techo limitado de votantes y una imposible y utópica forma de gobierno.
    Una novedosa forma acceso al poder, con reminiscencias atenienses, la podríamos llamar “Lotocracia” y estaría basado en el sorteo para la elección de líderes preparados por su trayectoria y antecedentes de gestión aumentando así  las posibilidades de acierto en la complicada tarea de gobernar.  Recordamos como Margaret Thatcher, la dama de hierro, avalaba el papel de las amas de casa como garante de una buena gestión en la parcela económica del gobierno. Así nos ha parecido a todos menos al expresidente Rodríguez Zapatero que afirmó, a su llegada al poder, que esta ciencia se podría aprender en una tarde. En dicha Lotocracia existiría una numerosa y experimentada cantera de líderes entre quienes han desempeñado la responsabilidad de la presidencia de comunidades de vecinos, puesto que su currículum sería muy apropiado en tanto que ya poseen  la experiencia de solucionar “complicados problemas” tan arduos como los que intentan resolver los actuales diputados y senadores; si, además, ello se matiza con poderes limitados en el tiempo y en la cuantía de recursos administrados amén del control, antes y después de su etapa de gobierno, es casi seguro que no se gobernaría peor que lo que se hace ahora. Porque al fin y al cabo la estadística es clara: El porcentaje de ciudadanos corruptos sale menor que el de políticos sospechosos, y proponer utopías es gratis, como bien saben en Podemos, y la ironía, un recurso de la argumentación.