Lo que vale un testículo

No soy la misma persona. Mi vida ha cambiado por completo desde aquel día”. Quien habla es Modesto T. T., un vecino de la aldea de Las Chozas de Arroyo del Ojanco. Presuntamente, el 26 de julio de 2012, un vecino le propinó una fuerte patada en la entrepierna durante una discusión. La agresión le hizo perder el testículo izquierdo: “Estuve varios días en el hospital y casi ocho meses en la cama, prácticamente sin poder moverme”, relata ahora, casi dos años después de los hechos.

25 jul 2014 / 22:00 H.


El hombre que le propinó la patada, Juan Carlos C. A., se tendrá que sentar en el banquillo de la Audiencia, acusado de un delito de lesiones graves. De hecho, la Fiscalía pide para él una condena de ocho años de prisión, ya que la agresión produjo “la inutilidad de un órgano principal”. Además, en su escrito de acusación provisional, el Ministerio Público establece lo que vale el testículo.
En concreto, el fiscal Juan Miguel Lomas aclara que el acusado debe indemnizar a la víctima con 29.000 euros por las lesiones causadas, el tiempo invertido en su sanidad y las secuelas padecidas. “Una cantidad que deberá incrementarse conforme al interés legal del dinero”, añade, a modo de coletilla, el representante del Ministerio Público. Normalmente, en estos casos, se aplica el mismo baremo que rigen las lesiones producidas en los accidentes de tráfico.
Los hechos se remontan a la madrugada del 26 de julio del año 2012. Precisamente hoy se cumplen dos años de aquel episodio registrado en la pequeña aldea de Las Chozas, de apenas cien habitantes. La Fiscalía relata que entre el acusado y Modesto T. T. hubo “una breve discusión” en el interior de la vivienda de la víctima. Nada dice de los motivos por los que ambos tuvieron más que palabras. “A continuación, procedió a lanzarle una fuerte patada en la entrepierna, causándole lesiones consistentes en traumatismo testicular con inflamación y edema”, agrega el escrito de acusación provisional.
El relato de Modesto no difiere mucho de esta versión. “Apenas hubo discusión. Él entró a la casa en la que yo estaba. Me dio primero un puñetazo y, después, me llevó a la calle, donde me dio la patada. Me quedé seco”, recuerda lo que para él fue “una encerrona”. Tampoco da muchos detalles sobre las causas de la agresión: “Desde que ese hombre volvió al pueblo me ha hecho la vida imposible”, se limita a decir. Desde entonces, asegura que ha vivido un calvario y que todavía lo sigue padeciendo: “Tengo dolores muy fuertes”, explica. Los médicos le propusieron extirparle el testículo dañado para acabar con las molestias. Sin embargo, había un riesgo: podía quedar estéril. Así que desecharon la idea.
Ambos se verán las caras el próximo 17 de septiembre en la Sección Segunda de la Audiencia Provincia. Modesto T. T. tendrá que ratificarse en la denuncia ante el tribunal, mientras que Juan Carlos C. A., que ya cuenta con antecedentes penales, escuchará desde el banquillo de los acusados. Por la sala también pasarán varios testigos que presenciaron los hechos y será fundamental el testimonio de los forenses que han examinado a la víctima y que han determinado “la inutilidad absoluta” del órgano. Los informes de estos especialistas serán determinantes para determinar la cuestión básica de este caso: lo que vale un testículo.