La magia y los ritos chamánicos

Rafael Casas, Juan Espejo, Ángel González /  Enviados especiales
En las calles de Chiclayo, en la costa norte, se puede encontrar casi de todo. Para el foráneo resulta especialmente llamativo el Mercado Modelo o de los Brujos, así conocido por los numerosos puestos con productos para ritos

    05 ago 2010 / 09:51 H.

    La Capital de la Amistad, sobrenombre con el que se conoce a Chiclayo, es el mayor centro comercial, económico y turístico de la costa norte del país. Los periodistas de Diario JAEN, durante su visita a tierras peruanas, enmarcada en la campaña “12 retos, 12 meses”, visitaron uno de los puntos comerciales más importantes y característicos de la ciudad costera, el Mercado Modelo, también conocido como el Mercados de los Brujos.

    Para hacer el bien y para hacer la puñeta
    Uno de los aspectos que más llamó la atención a los periodistas jiennenses son los puestos dedicados a la venta de  productos e ingredientes para la realización de ritos chamánicos. Una gran variedad de plantas medicinales y preparados naturales conviven con imágenes de santos, pociones para recuperar el amor perdido, velas de todas las formas, colores y tamaños, así como elementos para realizar una mesada o ritual. Es muy habitual en el norte del país creer en este tipo de prácticas y en su beneficios, lo que el visitante se ve obligado a dejar aparcada por unos minutos la más pura racionalidad y dejarse atraer por las costumbres ancestrales fuertemente arraigadas en la forma de ser del peruano norteño. Se ofrecen soluciones para problemas de amor, de salud, de trabajo… Cualquier situación adversa cuenta con su propio producto o preparado para reconducir la situación a gusto del consumidor. Por eso, el Mercado Modelo también es llamado el Mercado de los Brujos.
    Rufino Rimepa es chiclayano y tiene 35 años. Está al frente de uno de los puestos de esta zona comercial. Heredó el negocio de un familiar y él, que ha formado parte de este mundo desde pequeño, quiso continuar la tradición. En su puesto se venden desde hierbas curativas, hasta amuletos para desterrar el mal de ojo, pasando por esencias capaces de despertar el amor en la persona deseada o libros con los principales rituales. Explica que se pueden realizar mesadas —rituales— tanto blancas como negras. La diferencia entre unas y otras estriba en el fin positivo de las primeras o el negativo de la segunda. Algo similar a la magia blanca o la magia negra. El chamanismo, muy arraigado en el Norte del Perú, tiene su base en que el mundo visible está impregnado por las fuerzas y los espíritus invisibles, que afectan a todas las manifestaciones de la vida. La curación de la enfermedad o del mal se basa en conceptos sobre el alma, por lo que el chamán recupera de manos de los espíritus el alma perdida del enfermo. La mesada es el ritual mágico andino por excelencia y consiste en representar el combate entre las fuerzas del bien y del mal. Es utilizado para combatir brujerías y para curar a  víctimas de hechizos y bujerías. El chamán oficiante construye enfrente del paciente, con imágenes de santos católicos, objetos de poder, hierbas y minerales con supuestas propiedades mágicas, un esquema de la cosmovisión mágica andina, que permitirá al chamán entrar en contacto con todas las fuerzas espirituales del universo, tanto para pedir su ayuda como para enfrentarlas, con el objeto de curar el daño. Una mesada se divide en tres campos que representan el mundo material, el mundo espiritual superior y el espiritual bajo o inframundo andino. Entre los elementos clásicos que se encuentran como partes integrantes de una mesada destacan varas, velas, minerales, conchas, hojas de coca, bebidas alcohólicas, animales disecados, alimentos diversos o pequeñas figuras. Se suman también hierbas, maracas, cráneos, cocimientos y amuletos. Es muy común que el oficiante y sus pacientes participen en el ceremonial después de la ingesta de pociones como el San Pedro o la ayahuasca.
    En el Mercado Modelo de Chiclayo, muchos de los clientes buscan en la medicina natural los males a sus remedios. “Es más barata que la convencional”, explica Rufino Rimepa. Debe tenerse en cuenta que la atención sanitaria en el Perú no es universal ni gratuita, por lo que no todo el mundo puede hacer frente al coste de las consultas y del tratamiento prescrito por el médico.
    Antes de concluir la entrevista, los periodistas pidieron a Rufino Rimepa una “receta” —con más curiosidad que fe— para quienes atraviesan una situación complicada debido a la crisis económica. Esta fue su respuesta: “Para acabar con las malas energías utilizamos incienso, sahumerio, mirra, palosanto, romero, eucalipto, palma bendita y alhucema (espliego). Se pica todo bien y se mete en una bolsa de tela. Se quema y se recorre la casa desde la parte más interior hasta la puerta, con lo que se realiza una limpieza de toda la vivienda”.

    Las costumbres y las fiestas de los jaenos
    Cada pueblo tiene sus propias formas de celebrar los acontecimientos más importantes de la vida. En algunos casos, hay ciertas similitudes entre las dos Jaenes, pero, en otras, las costumbres distan mucho. Así, los bautizos en Jaén de Bracamoros se celebran en el ámbito familia, pero con una gran fiesta. Antes, la costumbre imponía que el niño fuera menor de un año, pero este aspecto está cambiando. El padrino es el que carga con el pago del ajuar de la criatura y con los gatos derivados de la celebración. Se suele celebrar en la casa o se alquila un local amplio que pueda acoger la fiesta. La comida y la bebida no pueden faltar.
    Otros celebración vinculada con los niños, que poco a poco comienza a perderse, es la primera vez que se le corta el pelo al niño. También se nombra un padrino, o se establece el mismo del bautizo, y este hace una donación que irá directa a la hucha del menor. El origen de la costumbre es andino.
    Cuando las niñas cumplen su decimoquinto aniversario, se celebra, por todo lo alto, la Fiesta de los quince años. Marca la transición de la niña a mujer. La familia echa la casa por la ventana en la celebración —muchas piden créditos para afrontar los gastos—. Las adolescentes visten pomposos trajes largos y bailan un vals con su padre, padrino o abuelo. Después, suelen bailar con su novio o, en el caso de no tener, con algún buen amigo. Es todo un acontecimiento familiar y no se escatima en gastos.
    Previa a las bodas, suele haber una pedida de mano, en la que el novio presenta una serie de regalos a la familia de la novia. Si no son aceptados, no se podrá celebrar el matrimonio. Se mantiene también la costumbre de la dote. 
    Los entierros, según explica el arqueólogo jaeno Melanio Delgado, suelen ser multitudinarios. El velorio —velatorio— se realiza en la casa. Para ello, los familiares cortan la calle al tráfico, se colocan silla y bancos. Es costumbre embalsamar los cadáveres, ya que se espera, los días que sea necesario, a que lleguen todos los familiares para poder despedir al finado. A las personas que asisten al duelo se les suele repartir bebidas, café, comida y tabaco. Según destaca, no es extraño encontrar a acompañantes que acaban ebrios. El entierro suele ser multitudinario. Tras el féretro suele ir una banda de música que suele interpretar marchas fúnebres o, en algunos casos, las composiciones con las que más disfrutaba el fallecido, lo que, ocasiones, genera situaciones ciertamente paradójicas. Los nueve días posteriores al entierro se suele decir una misa por el alma del fallecido, así como al mes y al año. El cementerio de Jaén de Bracamoros se encuentra en Fila Alta, a la entrada del municipio, y lleva el nombre del patrón de la ciudad, el Señor de Huamantanga. Al igual que en España, los más pudientes económicamente cuentan con panteones familiares, pero lo más habitual es introducir el ataúd en un nicho. Una costumbre arraigada consiste en lavar toda la ropa del fallecido y guardarla de recuerdo. Otras familias, por el contrario, prenden una hoguera y en ella queman todo la ropa del finado. Por su parte, las principales fiestas de la ciudad son las del Señor de Huamantanga, en torno al 14 de septiembre, día principal. En el ferial se establecen puestos comerciales y hay baile al que asisten los vecinos y visitantes. Otra de las fechas señaladas es el 4 de junio, día de la Independencia de Jaén de Bracamoros. La celebración partió de un grupo de profesores, que la impulsó en su centro educativo y, finalmente, se trasladó a toda la ciudad. También se celebra una feria de carácter agropecuario, organizada por el Ministerio de Agricultura. 

    Apellidos llegados de distintos lugares
    Los apellidos más comunes  en Jaén de Bracamoros tienen procedencia múltiple. Según explica el arqueólogo Melanio Delgado, en los años cuarenta se registró una importante migración familias procedentes de Cutervo y Chota (provincias cajamarquinas) debido a la cesión de terrenos por una Ley denominada “de tierras de montaña. Los apellidos de estas familias son Fernández, Guevara, Soto, Ahumada, Requejo, Gálvez, Gavidia, Díaz, Delgado, Vílchez, Muñoz, Chumacero y Alberca, entre otros. De Piura, los apellidos como Zapata, Espinoza, Abad, Sánchez, Sandoval, Castillo, Parihuamán, Chumán y Pastor. De Lambayeque, apellidos como Bereche, González, Morales, Rodríguez, Paredes y Jimenes (z). Estos apellidos se establecieron en el interior de Jaén. Con la migración del campo a la ciudad, muy común por razones de educación de los hijos, se integran en la capital provincial a otros apellidos de mayor antigüedad en esta ciudad, como Montenegro, Soberón, Moreno, Ríos, Martínez, Del Campo, entre otros.

    Un pedacito de Jaén en tierras peruanas
    Los periodistas de Diario JAEN llevaron hasta tierras peruanas un cargamento de regalos con un peso de unos 50 kilos. Así, trasladaron 15 periódicos del 7 de junio —con la información de la celebración de la independencia de Jaén de Bracamoros en Madrid— y 5 del 12 de julio —España campeona del Mundial—. Además de los 6 olivos, también entregaron 6 botellas de aceite de oliva virgen extra de Fuenroble, 6 de Melgarejo, 10 packs de aceite de oliva en minidosis de Alcalá Oliva y 15 latas de oro líquido de la firma Cabañas. Además, regalaron 15 camisetas rojas de Cruzcampo, y otras tantas blancas, 10 cajas de bombones de Doña Jimena, 3 coleccionables de la Catedral de Jaén, una colección completa de “Viajeros por Jaén” y 3 ejemplares de “Pueblos con nombre propio”, 18 guías de Jaén y de la provincia, 4 libros editados por JAEN. Obsequiaron a los peruanos con material promocional de “Jaén, Paraíso Interior”, de Diario JAEN y del Ayuntamiento de la capital. Decenas de insignias de Nuestro Padre Jesús y de la Virgen de la Cabeza, 12 pisapapeles de recuerdo de Diario JAEN, un cuadro con la bandera de Andalucía en cerámica y una bandera de Jaén capital completan la lista de regalos.