La Campiña, un gran punto negro para las rapaces

Más de 360 aves rapaces, algunas de ellas especies protegidas, fallecieron en los últimos cuatro meses al electrocutarse cuando se posaron en un tendido eléctrico no aislado.

13 abr 2015 / 16:39 H.

Estos postes se han convertido en un verdadero peligro para estas especies, sobre todo en la zona de La Campiña, que ya se califica como un gran punto negro. Si bien la normativa obliga a las compañías eléctricas a impermeabilizar el cableado de la luz en los parajes protegidos como los parques naturales, no lo hace en zonas que no tiene esa catalogación. Sin embargo, son muchas las rapaces que acuden a La Campiña a nutrirse de conejos, una comarca cuya orografía se caracteriza por no tener posaderos naturales, por lo que tienen que hacerlo en los tendidos eléctricos y, como consecuencia, morir.  
Que se protejan es lo que pide la iniciativa “Pon un tendido en tu punto de mira”, una campaña que nació desde la Sociedad Ibérica para el Estudio y la Conservación de los Ecosistemas (SIECE), con sede en Jaén, y que cuenta ya con una veintena de voluntarios. La acción pretende crear un inventario de tendidos eléctricos potencialmente peligrosos para las aves a través de una red de voluntarios con el objetivo de llamar atención sobre el problema a compañías eléctricas y administraciones públicas y exigir que se corrijan. De hecho, ya se han reunido con Sevillana-Endesa para empezar a tomar medidas. Las primeras acciones de esta campaña se han centrado en el mar de olivos, pero ya se han unido particulares y organizaciones de otros puntos de la geografía española. Confeccionan, poco a poco, un gran mapa con gran proliferación de detalles.
Lo explica Francisco Martín, uno de los impulsores de la campaña. “Cuando empezamos, a finales del año pasado, nos llevamos la sorpresa de encontrarnos con decenas de rapaces electrocutadas, todas ellas protegidas”, denuncia.  Lo que hacen ahora es tomar fotos y todos los datos de los puntos donde se encuentran los cadáveres para dar parte al Seprona, el encargado de llevarse los cuerpos y que investiga el caso. También se ha comunicado las incidencias a la Consejería de Medio Ambiente pero sin obtener respuesta, de momento, explica Martín. En la provincia, a parte de líneas peligrosas han encontrado cuatro grandes puntos negro —donde se han localizado más de cinco cadáveres—, que son espacios en los que es más urgente intervenir.
Javier Pulpillo se encarga de actualizar el inventario de aves fallecidas. “En los últimos cuatro meses hemos contabilizado 375 animales muertos, 11 de ellos garduñas, que son mamíferos. Han llegado a morir hasta águilas imperiales y esto es una gran problema”, relata. Según sus datos, los cuervos ratoneros son los que más se electrocutan, pro su abundancia, pero le siguen el búho real y el águila perdicera, en peligro de extinción. De estas han localizado ya 16 ejemplares muertos.