Joaquín Cortizo Rosendo: 'Sanciones así te marcan, porque no habrá otra igual en la vida'

José Eugenio Lara  /JAÉN
Joaquín Cortizo tiene un brillante historial como futbolista. Jugó más de diez años en Primera División, la mayoría de ellos con el Zaragoza de los “Cinco Magníficos”. Acabó su carrera en el Real Jaén, donde fue jugador, secretario técnico y presidente. Sin embargo, en el ámbito nacional, siempre se le recuerda por una sanción de 24 partidos que tuvo que cumplir por una entrada a Enrique Collar, en un Zaragoza-Atlético de Madrid. Sucedió un 27 de diciembre de 1964. En el momento de la acción, el equipo aragónes vencía por tres goles a uno.

    08 may 2009 / 10:55 H.

    — ¿Le molesta que sea recordado por esta elevada sanción?
    —Es algo anécdótico. Hay hechos que te marcan para toda la vida y esta sanción es uno de ellos. Nunca habrá una suspensión así en el fúbol español. A mí me queda la tranquilidad de mi conciencia, porque en aquella jugada no sucedió nada. De hecho, ni siquiera fui expulsado por el colegiado.
    —¿Qué recuerda de la entrada?
    —Fue una jugada simple. Enrique Collar y yo corríamos por una pelota en profundidad. Yo la toqué y la eché fuera de banda, pero él cayó en mala postura y tuvo la mala suerte de romperse la pierna (rotura de tibia y peroné). No pasó nada más. El árbitro ni me expulsó. Qué lástima que no hubiera la televisión que hay ahora.
    —¿Y por qué sufrió una sanción tan elevada?
    —Porque el Conde de Cheles, que era el presidente del Comité de Competición, también era el vicepresidente del Atlético de Madrid. Él fue el que me castigó.
    —¿Habló alguna vez con Enrique Collar de la jugada?
    —Nunca.
    —¿Cuánto tiempo estuvo sin jugar con el equipo?
    —El resto de la temporada. Cumplí quince partidos de Liga y nueve de Copa. El Zaragoza jugó la final y no puede disputarla. A la campaña siguiente volví a jugar.
    —¿Cómo enjuicia la acción de Pepe que le ha costado diez encuentros de suspensión?
    —Tuvo que pasarle algo en ese momento. No me lo explico. La acción no tiene justificación alguna. Creo que diez encuentros de suspensión han sido pocos.
    —De Zaragoza, donde vivió una época dorada, a Jaén, donde jugó dos temporadas, se retiró del fútbol y se quedó para siempre.
    —Estoy muy a gusto en Jaén. Aquí se vive muy bien. Estoy feliz. Fiché por el Real Jaén a finales de los sesenta y coincidió que un familiar mío tenía un negocio. Me introduje en ese mundo y, cuando dejé el fútbol, me dediqué a él. Me quedé en Jaén y estoy muy contento. Hoy día me considero un jiennense más.
    —Usted vivió un ascenso a Segunda División como jugador. ¿Cómo lo recuerda?
    —Fue en la temporada 66/67. José Millán era el entrenador y Antonio Horna, el presidente. Teníamos un buen equipo que jugaba al fútbol de memoria. Fue un año excelente. El ascenso desató una gran euforía en Jaén. Fuimos recibidos en el Ayuntamiento y la afición disfrutó mucho.
    —Además de futbolista, luego fue secretario técnico y más tarde presidente del Real Jaén, en las temporadas 87/88 y 89/90. ¿Cómo fueron esas épocas?
    —Hubo de todo. Como secretario técnico me llevé una enorme desilusión cuando perdimos con el Antequerano y no conseguimos el ascenso. Como presidente, viví momentos muy duros. Me costó quince millones de pesetas. Fueron años dificilísimos.
    —¿Y ahora cómo ve al Real Jaén?
    —No voy al fútbol ni soy socio desde hace varios años, pero sigo al equipo. Este año la cosa va muy bien. Parece que ha llegado un entrenador que ha dado en la tecla y que le está sacando un extraordinario rendimiento a la plantilla. Observo que ahora no encaja tantos goles como en otras temporadas.
    —¿Cree que ascenderá?
    —Creo que tiene muchas posibilidades. La clave está en que no encaje goles. En las eliminatorias es básico tener la meta a cero.
    —¿Qué le parece la afición?
    —Extraordinaria. Jaén tiene una hinchada magnífica. Con poco que se le dé responde de manera fantástica. Recuerdo que en el partido con el Antequerano el campo estaba a reventar. Como se ha puesto en las liguillas y como, seguramente, se pondrá en la próxima fase de ascenso.
    —Concluya con un deseo.
    —Que el Real Jaén cumpla sus objetivos y juegue la temporada que viene en Segunda División A.