El mayor dolor se siente en la calle

Ignacio Frías /Jaén
Se echaron en falta las saetas a la salida, algo que, por habitual, la gente esperaba. Y las hubo, pero dentro del templo, y también canto lírico. Más tarde, en Millán de Priego, sí se lanzaron saetas a pie de calle. En la procesión hubo contención, y también intensidad, entusiasmo y expectación.
Aunque nadie quería comentarlo demasiado para no tentar la suerte, el pensamiento cofrade estaba más en el mismísimo cielo que en la tierra, pero no en la gloria del Padre, sino en las nubes que alternaban con los claros.

    08 abr 2009 / 17:32 H.

    Se temía lo peor y, al igual que ocurriera el lunes, llovió, pero no lo suficiente como para desbaratar las voluntades. Las imágenes salieron de la iglesia de la Magdalena a la calle con la plaza, como siempre, atestada de gente.
    Fueron recibidas por tres bandas de música, las tres de fuera. La Agrupación Musical María Santísima de la Estrella, de Granada, acompañó al Caído; la Agrupación Musical Los Remedios, de Ibros, ofreció sus marchas al Cristo de la Clemencia y, por último, la Banda de Música de Alhendín (Granada) siguió la estela del paso de palio.
    Antes de salir a la calle, la alcaldesa de Jaén, Carmen Peñalver, ofreció la venera del Ayuntamiento y su vara de mando a la Virgen del Mayor Dolor y la colocó a sus pies, en el frontal del paso. La alcaldesa estuvo acompañada por varios concejales de su equipo de gobierno municipal.
    El Cuerpo Nacional de Policía mantiene una estrecha relación con la Cofradía de la Clemencia y sus imágenes titulares, y una dotación de policías nacionales, de sesenta miembros, acompañaron cada uno de los tres pasos. Incluso una escuadra de caballos, con media docena de jinetes, abrió la comitiva a la que se sumó en la Carretera de Córdoba para continuar por la calle Millán de Priego. La dotación policial la presidían dos inspectores jefes, Francisco Martínez Sabina, que se jubila próximamente y esta ha sido, según comentó, su última salida con las imágenes, y José María Olivares Samper, junto a dos inspectores que prestan servicio en Huelva y Ávila.
    El paso de palio de María Santísima del Mayor Dolor amplió su candelería, y pasó de 58 a 80 cirios. El paso del Caído estrenó los faldones y se le han cambiado las velas de los faroles por otras más grandes y los cristales se han viselado para que den más claridad. “Son pequeños detalles que han sido aportados por cofrades”, precisa Encarnación Martínez García, hermana mayor  de la cofradía. En el caso del Cristo de la Clemencia estrenó un pañuelo donado por su camarera.
    El paso del titular desfiló ornamentado por un calvario de claveles rojos; el de Nuestro Padre Jesús de la Caída llevada un suelo de gladiolos morados, y el paso de palio estaba ornamentado con rosas blancas. A la Virgen del Mayor Dolor la acompañó un séquito de damas con mantillas negras. La procesión hizo su recorrido acompañada en todo momento en el trayecto por una gran cantidad de jiennenses.

    Respaldo de la alcaldesa y del obispo

    El obispo de Jaén, Ramón del Hoyo López, dio su respaldo a la Cofradía de la Clemencia y lo hizo personalmente, acompañando a la procesión. También la alcaldesa de Jaén, Carmen Peñalver, quiso estar presente en el acontecimiento cofrade y lo realizó ofreciendo su vara de mando a la Virgen del Mayor Dolor. En la imagen, con la hermana mayor de la Magdalena, Encarna Martínez.













    Juan Francisco Fernández Ocaña /Agente del Cuerpo Nacional de Policía

    “Mis padres me hicieron cofrade con 14 años”

    —¿Qué vinculación tiene el Cuerpo Nacional de Policía con la Cofradía del Cristo de la Clemencia de Jaén?
    —Tiene bastante. Yo, aunque soy de Jaén, del Arrabalejo, estoy en la plantilla de Córdoba y allí también se tiene mucha relación con las cofradías y la Semana Santa. Pero, aparte de esto, yo soy cofrade de la Clemencia, porque me hicieron cofrade mis padres cuando tenía 14 o 15 años, y he pedido, expresamente, poder salir acompañando a las imágenes de la Magdalena.
    —¿En alguna ocasión ha llevado alguna de las imágenes?
    —Yo he salido de nazareno, pero mi padre sí ha salido de costalero y sé que, llevando el trono, se acaba con dolor de espalda.
    —¿Cómo ve esta procesión?
    —La veo preciosa. A mí es la que más me gusta, junto a la de El Abuelo, porque tengo mucha devoción y, aparte de eso, el barrio también te tira mucho.
    —Es una procesión en la que se percibe que hay mucha participación cofrade.
    —Sí, es de las más numerosas. A mí me gusta mucho la organización, la pasión y la entrega que se percibe en el barrio y que la vive mucho la gente.
    —¿A qué imagen acompañará en la estación de penitencia?
    —Realmente voy en representación de la Policía, pero luego nos van cambiando los turnos y todavía no sé cómo será.
    —¿Desfila todo el trayecto o solamente una parte?
    —Lo hacemos todo.
    —¿Sus compañeros policías cómo viven esto?
    —Hay de todo. Hay unos que lo viven intensamente, y les gusta, y otros que lo sienten menos.

    Ángeles Estepa Díaz / Costalera de la Virgen del Mayor Dolor

    “Soy costalera por algo que marcó mi vida”

    —¿Por qué se hizo costalera de la Virgen del Mayor Dolor?
    —Ya llevo ocho años. Me hice costalera porque estoy muy incorporada a la parroquia durante todo el año. En el 2000 hubo un hecho importante que marcó de forma considerable mi vida personal y decidí hacerme costalera.
    —Dice que está vinculada a la parroquia ¿Y a la cofradía?
    —También. Participo en todos los actos y en todo aquello para lo que me llaman. Un cofrade se diferencia de la junta de gobierno en que estos, en un momento determinado, ocupan un cargo para gestionar a la cofradía. Y da igual estar ahí o de cofrade, pues se tiene la misma dedicación y el amor fraterno a lo que significa. Y hoy hacemos una manifestación pública de fe en la calle, que es lo que hacemos en la parroquia.
    —Ocho años de costalera dan experiencia. ¿El primer año necesitó mucha preparación?
    —La verdad es que no. Yo recuerdo cuando se incorporaron las costaleras y, cuando me llegó el momento de meterme debajo, me metí, porque no quise hacerlo en el comienzo.
    —¿Cómo valora el hecho de que la mujer lleve un torno?
    —Creo que no es cuestión de hombre o mujer. En esto se hace un esfuerzo dentro de las limitaciones físicas que tiene cada uno. Creo que la mujer debe desempeñar los mismos cargos de responsabilidad que el hombre en cualquier puesto que se ocupe. Incluso, estoy convencida de que hay mujeres que tienen más fuerza física que el hombre. Yo creo que más que destacar la fuerza, este aspecto lo compensa el cariño el amor y se sacan fuerzas de donde no se tienen.