El juez mantiene en la cárcel a los padres de Benita Callejas

El giro que dejó boquiabiertos a muchos de los que siguieron la historia de la desaparición, durante cuatro días, de Benita Callejas Ortega llegó hace hoy justo dos meses. La madre de esta joven de Arquillos y su padrastro fueron detenidos por la Guardia Civil. El 12 de julio, la Benemérita tomó declaración a la hermana mayor de Benita, con la que convivía, y el matrimonio. Después de escuchar a estos últimos en el Juzgado número 2 de La Carolina al día siguiente, el instructor del caso decidió enviarlos a prisión. Los delitos que se les atribuyeron, y todavía recaen sobre ellos, son los de lesiones, agresión sexual y corrupción de menores. La defensa de los progenitores solicitó la puesta en libertad de sus patrocinados. Sin embargo, un auto de la Audiencia Provincial ratifica su internamiento penitenciario. Es una medida preventiva basada, entre otras cuestiones, en la gravedad de las acciones que se les imputan y en la alarma social generada por este caso.

12 sep 2014 / 10:14 H.

 

El revuelo en Arquillos fue tremendo durante los días en los que Benita Callejas Ortega estuvo ausente, con “todo el pueblo” en su búsqueda, con la creencia de que podía estar en peligro; pero su hallazgo no calmó los ánimos, sino que los encendió. Aunque la discreción es la tónica en la información oficial sobre lo ocurrido, lo cierto es que la sucesión de acontecimientos permite imaginar que la joven de 19 años no tenía una vida plácida en su casa, lo que la hizo finalmente “huir”; las imputaciones que pesan sobre su madre y su padrastro la convierten en supuesta víctima de lesiones, abusos y corrupción de menores.

Pero el hogar de la arquillera calle Goya, al parecer, no era el “único infierno” de Benita; una vida desdichada que, según algunos creen, pudo compartir con su hermana mayor y sus hermanastros, los tres menores fruto del matrimonio de la madre de la joven de 19 años con su segundo esposo. Además, fuentes de la investigación explicaron que las averiguaciones de los agentes de la Policía Judicial del Instituto Armado traspasan el ámbito estrictamente familiar. Es decir, hay dudas razonables de que otros vecinos de Arquillos pueden ser sospechosos del delito de corrupción de menores, lo que llevó a interrogar a varias personas en el pueblo de El Condado, que no llega a los dos mil habitantes. El avance de las pesquisas permitirá reforzar esta creencia, descartar esta línea de investigación o, quizás, considerar que, además de Benita, sus hermanos también pudieron ser víctimas de los delitos que se atribuyen a su madre y al marido de esta.