El grito de la Historia

Alguien dijo que el grito de la historia nace con nosotros y que es uno de nuestros dones más importantes. Durante estos días, se está celebrando en Úbeda la tercera edición del Certamen Internacional de Novela Histórica, que se ha aupado ya al podio de los mejores acontecimientos literarios de nuestro país. El género histórico, siempre denostado por los sectores más puristas, cuenta por el contrario con el beneplácito de los lectores.

    19 nov 2014 / 10:43 H.

    Hoy es de los géneros que más venden y también de los que cuentan con los autores de más prestigio. Hasta el próximo domingo se celebrarán presentaciones de libros, conferencias, talleres literarios y recreaciones históricas, amén del propio premio de novela que se fallará en la mañana del último día. El pasado domingo, el escritor Francisco Melero, durante la presentación de su novela “Amapola negra”, contó maravillosamente aspectos desconocidos de la Primera Guerra Mundial y habló de lo importante que es contar bien la Historia para aprender de dónde venimos y a qué atenernos. La enseñanza de la Historia en las escuelas es todavía hoy una sucesión de fechas y de nombres imposibles que produce dolor de cabeza. La Historia con mayúsculas hay que saber llenarla de historias menores, de detalles substanciosos, de emoción y de palpitaciones. Si no entendemos que el pasado modula nuestro carácter y que condiciona nuestro pensamiento, estaremos abocados a repetir los mismos errores que nos llevaron al desastre. Estoy convencido de que la historia no se repite si no es en la mente de quien no la conoce. Afortunadamente hay otra manera de conocer la Historia, hay escritores que cuentan la Historia con solvencia, que la llenan de vida, de héroes y de villanos, de encuentros y de desencuentros, de dolor, de amor, de vergüenza y de honor. Hay escritores que convierten cada línea es una lección, una diversión y un descubrimiento. En eso consiste la buena literatura. Muchos de esos escritores estarán hasta el domingo en Úbeda. Acudan ustedes a los actos programados. Lean, vivan y griten la Historia.