El flamenco brilla en Jabalcuz

En los años 40 y 50, cuando el complejo termal del cerro de Jabalcuz vivía su época de esplendor, los jiennenses podían disfrutar durante el verano, en los jardines que rodean estos baños, de una amplia oferta cultural, con cine, teatro y espectáculos de cante y baile flamenco. Una actividad que, junto con las ventas, a las que los vecinos de la provincia acudían a comer, congregaba a cientos de jiennenses en torno a un paraje natural y arquitectónico único.

23 ago 2014 / 08:05 H.


Pero se perdió. Cuando echaron la llave al balneario del paraje jiennense, la cultura se esfumó de Jabalcuz, empezó el declive de las infraestructuras termales y ya solo llegaban personas de veraneo. Pero este intenso movimiento cultural de los meses de estío se quedó grabado en las retinas de muchos jiennenses, que añoraban las noches de espectáculos en Jabalcuz. Hasta el año pasado, cuando los integrantes de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Jaén decidieron, como explica su hermano mayor, José Luis López Torres, que “ya era hora” de recuperar el movimiento cultural en el este idílico espacio natural.
Y así nació el Festival de Arte Flamenco de Jabalcuz, que en 2013 tuvo su primera edición y que anoche volvió a congregar a cientos de jiennenses en torno a este lugar declarado Bien de Interés Cultural, como Sitio histórico, por la Junta de Andalucía, en el año 2009. Una actividad totalmente gratuita y que posibilita a la Hermandad del Rocío adquirir fondos para continuar con su labor, unos beneficios que obtiene de las más de 25 mesas y 100 sillas,  en las que los asistentes, además de vivir el arte flamenco, bebían y comían mientras disfrutaban. Aunque la gran mayoría de espectadores no quiso perder la oportunidad de disfrutar del festival esparcidos por el incomparable complejo natural.
arte. Los jardines de Jabalcuz acogieron una auténtica noche de embrujo flamenco, en la que el cante, el baile, la guitarra y la percusión devolvieron al paraje jiennense todo el esplendor que emanaba hace ya varias décadas. Así, sobre el escenario, explica López Torres, se dieron cita artistas flamencos “con renombre” y otros cantaores “que empiezan a despuntar”. El consagrado cantaor de Jerez de la Frontera Ezequiel Benítez desató los aplausos de los cientos de asistentes, quienes también se deleitaron con la voz flamenca de Curro Pérez y Darío Chica y el arte de los Hermanos Carpena.
Pero en Jabalcuz, como en el flamenco, no todo es cante. Al toque, los guitarristas José Manuel Moreno y Jorge Altozano, que rasgaron las cuerdas de su instrumento para sumergir en el más puro ambiente flamenco el espacio jiennense, en el que cientos de vecinos de la provincia volvieron a revivir la época dorada del lugar, cuando era un continuo tránsito de artistas, funciones, películas y multitud de espectadores que pasaban sus veranos en la capital y veían en esta oferta cultural la mejor manera de enfrentarse a las noches de calor.
La velada flamenca también ofreció la posibilidad de disfrutar del espectáculo de la bailaora y coreógrafa Carmen Laguna, quien se subió al escenario junto a su cuadro flamenco. Del mismo modo, Carlos Cañada “El tomate” llenó de ritmo Jabalcuz con su percusión, algo que igualmente logró el también percusionista Jesús Galán.
Una noche en la que artistas y espectadores encontraron eso que los flamencos llaman duende y que el poeta granadino Federico García Lorca decía que se despertaba “en las últimas habitaciones de la sangre”. Pero anoche se despertó, como ocurría a mediados del siglo XX, en el marco incomparable que el complejo termal y los jardines forman en el paraje jiennense de Jabalcuz.