El Cristo de Charcales se queda sin procesión

Antonio Heras/Jaén
El cielo mandó lluvia por la mañana y, también, por la tarde. La Cofradía del Cristo de Charcales no tuvo más remedio que suspender la salida en procesión prevista para ayer, a las siete de la tarde, para decepción de los fieles que esperaban en torno a la ermita.

    10 may 2010 / 10:03 H.

    Todo estaba preparado. Los fieles, apretujados junto a la ermita. Los cofrades, dentro, en torno a la imagen. Los fotógrafos, fuera, a la espera de la salida. Los últimos en llegar fueron los miembros de la banda destinada para acompañar con sus sones el desfile, pertenecientes a la Asociación Musical Juvenil Andrés Martos Calles de Villargordo. Sin embargo, en cuanto el grupo subió la cuesta que conduce hasta el pequeño templo, se oyó la voz del vicehermano mayor, Manuel González, que anunció que, debido al temor ante la lluvia, la procesión del Cristo de Charcales se suspendía. “Hala, de vuelta a Villargordo”, murmuró uno de los músicos. Sin embargo, la afluencia de personas no cesó. Unas, para rezar brevemente ante la talla. Otras, para coger uno de los claveles rojos que adornaban su pequeño paso.
    Se trata de la primera vez en “dieciséis o diecisiete años”, según González, en que se suspende la salida del Crucificado. Horas antes, por la mañana, el oficio de la tradicional misa en su honor también sufrió las inclemencias del tiempo. En ese caso, se colocaron unas improvisadas carpas para que los devotos siguieran el acto sin tener que mojarse.
    leyenda. La tradición cuenta que un ladrón mató a una anciana que se encontraba sola en su casa para robarle una gran cantidad de dinero. Tiempo después, el viejo viudo se encontró en un charco una pequeña talla de Jesús crucificado y, al mismo tiempo, un incendio acabó con la vida del ladrón, por lo que pudo recuperar el dinero perdido. Decidió levantar en honor del Cristo una ermita, que se llamó en adelante “de los Charcales”. Es sólo una de las varias leyendas que tratan de explicar el origen de la imagen y de su peculiar nombre. Popularmente, se la conoce como “del arroz”, ya que es la comida que más se consume antes de la procesión, en los bellos alrededores de la Fuente de la Peña.