Ciudad en continuo crecimiento

Rafael Casas, Juan Espejo, Ángel González / Enviados especiales
La ubicación actual de la ciudad de Jaén de Bracamoros es relativamente reciente.  A lo largo de su historia ha  variado su emplazamiento por diversos motivos hasta asentarse definitivamente en su ubicación actual. A mediados del siglo pasado comenzó el proceso de despegue en el que continúa inmersa.

    03 ago 2010 / 10:05 H.

    El primer lugar en el que se ubicó la ciudad de Jaén de Bracamoros recibía el nombre de La Silla de los Patacones —o Patagones—. Así se concreta en un mapa del capitán Diego Palomino elaborado en 1549. Se ubicaba en la margen derecha del río Chinchipe, frente al actual San Ignacio y San José de Lourdes, según recoge Hildebrando Ramírez en un trabajo de investigación. En el primer Jaén residían unos 150 españoles y 32 encomenderos. No había caminos  que llevaran a la primitiva ciudad  y la única forma de acceso era a través de los ríos Chinchipe y Marañón. En el año 1606 llegó el primero de los traslados, concretamente a Tomependa. La anterior ubicación pasó a llamarse Jaén Viejo, en el actual distrito de Santa Rosa. De Tomependa se cambió, a principios del siglo XIX, al río Chamaya y poco después al actual emplazamiento. El vicario de Jaén aseguró en 1817 que la ciudad se situaba en un lugar “malsano, pantanoso e incómodo”, por  lo que se optó por una nueva ubicación “de fértil situación, sano temperamento y cielo alegre”.
    Entre los años 1868 y 1869, las crónicas relatan que la situación de Jaén era desoladora. “Su territorio estaba despoblado y los que iban a vivir  eran personas de mal vivir”, explica Hildebrando Ramírez en su obra. La intervención militar llevó tranquilidad a la zona.
    A finales de la década de los veinte del siglo pasado, la ciudad iniciaba su apogeo, pero hechos lamentables la dejaron destruida y en la miseria: un terremoto en  mayo de 1928 y dos incendios, en agosto de 1937 y marzo de 1940. Para su reconstrucción, Jaén se afincó definitivamente en el lugar en que hoy se encuentra.

    Una carretera que cambió la historia
    En torno a 1940 y debido a las pretensiones ecuatorianas  de expansión, que incluía Jaén y varios distritos de Cutervo, se construyó la carretera Olmos-Corral Quemado. La nueva vía conllevó el florecimiento de la ciudad. Agricultores de provincias vecinas, gracias a la Ley de tierras y montaña, se trasladaron a Jaén, especialmente, de Cutervo-Chota y Huancabamba. Cultivaron las tierras agrícolas, se desarrolló el comercio, se crearon oficinas bancarias, delegaciones de administraciones públicas y escuelas. El crecimiento urbanístico fue vertiginoso y, lamentablemente, sin orden alguno, lo que se ha mantenido durante décadas y se percibe en la fisonomía de la ciudad. 

    Los nombres de las calles jaenenses
    Como en cualquier ciudad, los nombres de las calles —jirones como se les llama en Perú— son una relación de personajes ilustres, vecinos destacados por su labor a lo largo de la historia o relevantes para la población. Recogen fechas, devociones y lugares importantes  para sus gentes y el país al que pertenecen. La avenida principal recibe el nombre de Manuel Antonio Mesones Muro, explorador de los Andes y de la Amazonia peruana. Descubrió el Abra de Porculla, la más baja depresión de la Cordillera de los Andes, a sólo 2.800 metros sobre el nivel del mar y a través de la cual era posible comunicar el Pacífico con la región oriental. Las otras dos principales avenidas que atraviesan la ciudad son Pakamuros —en referencia a los bravos indígenas que habitaron estas tierras— y Alfonso Villanueva Pinillos —que fuera ministro de Educación del Perú—. El jiennense Diego Palomino, el capitán que fundó Jaén de Bracamoros, cuenta con una céntrica y comercial calle, paralela a la Plaza de Armas. Juan Porcel —antecesor de Palomino— y Juan Antonio Checa —que adhirió Jaén al Perú—; Túpac Amaru I, el último inca de la dinastía rebelde de Vilcabamba y ancestro de José Gabriel Condorcanqui; los libertadores Simón Bolívar y José de San Martín y el inca Garcilaso de la Vega forman parte de la nomenclatura. Hay una larga lista de nombres religiosos, pero sobresale el del patrón de la ciudad, el Señor de Huamantanga, además de San Leandro —anterior patrón—, San Luis, Santa Rosa, San Carlos, Santa Teresita o la Inmaculada Concepción, entre otros muchos. Hay nombres de distritos y departamentos, como Lima, Cajamarca, Lambayeque, Iquitos o Ayacucho. También se encuentran fechas significativas, como 28 de julio —día de la Independencia del Perú—, 9 de octubre —Independencia de Guayaquil— o 2 de mayo —combate decisivo con España en 1866—. El gran río de la zona, el Marañón, uno de los principales afluentes del Amazonas, da nombre a una larga avenida, y el Amojú —río que atraviesa la ciudad—, también tiene su reflejo en el callejero.  

    Las características de la familia jaena
    Al igual que ocurre en la mayoría de los países, en las últimas décadas se ha experimentado un cambio significativo en el concepto de familia. Jaén de Bracamoros no es ajeno y mientras que antes lo habitual era encontrar unidades familiares integradas por una decena de miembros o más —la media se situaba en ocho o nueve hijos— actualmente se registra un descenso significativo de la natalidad. Familias con dos hijos o tres ya no son extrañas en Perú. Lo habitual es Jaén de Bracamoros es que en una misma vivienda convivan varias generaciones de una familia. Así, cuando una pareja decide casarse o formar unirse afectivamente, lo habitual es que estos fijen su residencia en la vivienda del padre del hombre. Una situación que desde el prisma actual español podría resultar aún más compleja si se tienen en cuenta factores como que lo habitual es que la mayoría de la viviendas tan sólo dispongan de una o dos habitaciones. Acceder a una casa en propiedad supone un coste inasumible en la mayor parte de los casos, por lo que el alquiler se establece como principal alternativa para los jaenos. El precio medio es de 120 soles —aproximadamente unos 34 euros— por una habitación o 200 soles —unos 57 euros—. El coste se puede duplicar y establecerse en los 400 soles —alrededor de 114 euros al mes—. Unas cantidades que implican un alto porcentaje de los ingresos familiares si se tiene en cuenta que el sueldo medio de un trabajador en el Jaén peruano puede situarse en torno a los 600 soles —unos 170 euros—, por lo que el alquiler de la casa supone un tercio de los ingresos familiares. Quienes optan por la propiedad, suelen adquirir un terreno, de unos 80 metros cuadrados, por valor de unos 6.000 soles, y poco a poco, se construyen ellos mismos una casa, cuya edificación avanza lentamente en función de la disponibilidad de dinero –de “plata” como gustan en llamarlo en esas latitudes.
    Las principales parcelas de trabajo de los jaenos son la agricultura y el comercio. La mujer también está integrada en el mercado laboral, pero, a diferencia del hombre, las tareas del hogar y el cuidado de los hijos son prácticamente suyas en una sociedad en la que la igualdad –la equidad, como suele llamarla en estas tierras— aún tiene un largo camino para romper los moldes de una sociedad machista. La violencia de sexo forma parte de la realidad cotidiana, aunque no siempre es reconocida. Algunos colectivos calculan que uno de cada dos hombres jaenos ha pegado alguna vez a su esposa o a su pareja. Por otro lado, el adulterio por parte del hombre se percibe como una práctica habitual. En el ámbito rural se dan casos extremos de machismo, en los que la mujer ni tan siquiera puede hablar sin el permiso de su marido. En las nuevas generaciones se percibe el cambio, que en algunos ámbitos se resisten a apoyar. Las mentalidades más avanzadas celebran con satisfacción esos pequeños avances, que significan auténticas conquistas en una sociedad en la que el hombre es el dueño y señor y la mujer se desdibuja en un segundo plano. El respeto a las personas mayores, a los ancianos, es importante. El abuelo tiene la última palabra y el respeto a sus opiniones y decisiones es incuestionable.

    Interés de los medios de comunicación
    Los principales medios de comunicación jaenos dejaron constancia de su interés por la visita de la delegación de periodistas de Diario JAEN a tierras peruanas.  En la provincia homónima no se edita diario alguno, por lo que el principal seguimiento de la actualidad se realiza a través de la radio y de las distintas televisiones locales. El director de Diario JAEN, Juan Espejo, fue entrevistado en los medios de comunicación más seguidos por los jaenos, como son Radio Marañón y la televisión local Canal 9 Nodelma. En la primera de ellas, ante las preguntas de la periodista Alicia Vásquez, hizo un balance positivo de la visita a Jaén de Bracamoros y subrayó que el rotativo provincial había cumplido los objetivos que se proponía de establecer un puente de comunicación entre las provincias homónimas. Deseó que el hermanamiento sea una realidad en el futuro cercano.
    Por su parte, el periodista Pedro Onofre Ojeda fue el encargado de entrevistar al director de Diario JAEN, Juan Espejo, en un programa vespertino de Canal 9 Nodelma, que se emite en directo. Esta televisión local  se puso en marcha hace 10 años en Jaén de Bracamoros y cuenta con cuatro horas y media de producción propia. El resto de la programación es la perteneciente a Panamericana TV. Emiten también en radio y cuenta con un posicionamiento de liderazgo en barrios marginales. Uno de los programas más seguidos es de opinión y análisis sobre la actualidad de la ciudad ubicada en el Nororiente peruano. Pedro Onofre Ojeda cuenta con una larga trayectoria de trabajo periodístico en medios de comunicación locales. Trabaja en Canal 9 Nodelma desde hace cinco años. Se preocupa por mantener viva la memoria de Miguel Pérez Julca, el periodista que fue asesinado en 2007 y para el que el colectivo pide Justicia.
    Ojeda preguntó al director de Diario JAEN su opinión sobre diferentes aspectos que generan debate internacional y en los que España ha abanderado un cambio en la forma de pensar. Entre ellos, los matrimonios homosexuales y la experimentación con células madre. Espejo hizo un alegato de la libertad en ambos casos y se felicitó de que España se haya convertido en abanderada en cuestiones como estas. Asimismo, entre los asuntos por los que fue preguntado, también  disertó sobre cultura y sobre cambio climático. Finalmente, el periodistas peruano se interesó por los motivos que habían llevado al periódico provincial a realizar la iniciativa. Espejo explicó que se enmarca dentro de la campaña “12 retos, 12 meses” que el periódico provincial desempeña con motivo de su 70 aniversario. Subrayó los beneficios que puede suponer para ambos territorios el hermanamiento entre ambas ciudades homónimas. “Jaén de España y de Perú  dejarán, en el futuro, de ser tierras lejanas”, concluyó.