Agricultura aboga por la formación de técnicos en el manejo ecológico del olivar para potenciar el cultivo

Este programa de formación se llevará a cabo mediante reuniones periódicas que tienen como objeto profundizar en la problemática sectorial del olivar ecológico y difundir los avances experimentados en este campo.
El Aula de Olivicultura Ecológica responde al interés del Gobierno andaluz por seguir potenciando la producción ecológica, cuya superficie total de cultivos se ha multiplicado por ocho en Andalucía durante la última década, situándola a la cabeza de las regiones con mayor superficie inscrita de España, representando más del 53 por ciento del total de la superficie nacional dedicada a este tipo de producción.
En el caso del olivar ecológico, se espera que su superficie siga esta tendencia ascendente, con el consiguiente incremento de la demanda de servicios de asesoramiento, dado que el crecimiento en este cultivo no ha sido tan espectacular. Así, la superficie de olivar ecológico en 2010 representaba 1,5 veces la superficie de 2001, suponiendo el olivar ecológico en la actualidad más del 3 por ciento del total de la superficie olivarera de la comunidad autónoma andaluza.
Experiencias formativas
Las primeras de estas experiencias formativas tendrán lugar en el Valle de Los Pedroches (Córdoba), durante el mes de octubre, y en la Sierra de Segura (Jaén), durante el mes de enero. Ambas comarcas cuentan con las mayores superficies de olivar ecológico a nivel mundial, en las que se conjuga el manejo tradicional con las nuevas técnicas en producción ecológica para compatibilizar el desarrollo socioeconómico del medio rural con la conservación de los recursos naturales.
Para favorecer el intercambio de experiencias en la búsqueda de soluciones a los actuales problemas del olivar ecológico, las actividades desarrolladas en el seno del Aula de Olivicultura Ecológica estarán íntimamente ligadas al sector productivo con objeto de aprovechar la trayectoria y conocimientos de determinados operadores en el manejo ecológico de sus explotaciones olivareras y conocer en detalle el proceso de elaboración del aceite ecológico, su calidad y su comercialización. Con ese fin se han programado visitas a fincas de olivar ecológico y cooperativas olivareras y un posterior debate en aula donde se plantearán las diferentes problemáticas de tipo económico, social, ambiental y normativo que afectan en su conjunto a la producción ecológica en olivar. A través de este proceso de puesta en común se propiciará la creación de una Red de Fincas Colaboradoras y de un catálogo de personas claves dentro del sector del olivar ecológico que deseen participar en las actividades que se desarrollen en el seno del Aula de Olivicultura Ecológica.
Durante la visita a la explotación, se explicará de, primera mano, entre otros aspectos de tipo productivo, económico y ambiental, las técnicas de manejo ecológicas implantadas en la finca, entre ellas, la fertilización basada en aportes de materia orgánica como estiércol y compost, el manejo de cubiertas vegetales, el control biológico de plagas y enfermedades, la integración de ganado ovino en el olivar y la utilización de otros productos fertilizantes y fitosanitarios autorizados en el proceso de producción ecológica.
Potencial económico y social
La iniciativa del Aula de Olivicultura Ecológica se enmarca dentro de la Estrategia de Difusión de la Producción Ecológica (Edipe) que ha diseñado la Consejería de Agricultura y Pesca como herramienta de recopilación y divulgación de toda la experiencia y conocimientos acumulados en los últimos años dentro del sector de la Producción Ecológica, con el objetivo claro de desarrollar todo su potencial económico, social y ambiental.
Dentro de esa labor divulgativa, el asesoramiento técnico y la difusión de información sobre la Producción Ecológica tienen una importancia vital para el desarrollo de este sector. De hecho, los sistemas de producción ecológicos requieren por lo general de mayor dedicación, información, entrenamiento, tiempo y habilidades de manejo y gestión que los sistemas convencionales. Todo ello exige sistemas de comunicación, diálogo y difusión más participativos que involucren a los productores a la hora de determinar los problemas técnicos y evaluar sus posibles alternativas para su posterior difusión.