Una tradición que perdura

Cada 2 de febrero Noalejo celebra una de las más antiguas tradiciones provenientes del siglo XVl, la festividad de la Candelaria. Según señaló el investigador local, Francisco Javier Martos, esta fiesta se remonta al año 1587, cuando se funda la Hermandad de la Virgen del Rosario y proviene de las tradiciones que los Dominicos introdujeron para evangelizar. Además, antiguamente se llevaban dos pichones y la tradicional torta de la Virgen que se rifaba o repartía entre los participantes y al concluir la fiesta religiosa se encendía la lumbre en la puerta de la iglesia. En el aspecto gastronómico, era muy común que las mujeres del municipio elaborase cañamones, hechos de maíz, garbanzos tostados y miel.

En la actualidad, la tradición se volvió a recuperar y la Virgen del Rosario sale alrededor de la plaza en procesión, a la que asisten todos los menores bautizados durante ese año y al final de la Eucaristía son ofrecidos a la Virgen. Una vez acaba la procesión los vecinos se reúnen en la plaza para presenciar el encendido de la lumbre de la Candelaria. Por otro lado, cabe destacar la importante labor que el Ayuntamiento realiza para conservar las tradiciones del municipio.