Una fiesta para reír y compartir

Valdepeñas cierra el Carnaval con música, disfraces, comparsas y mucho humor

15 feb 2018 / 09:21 H.

El municipio jiennense de Valdepeñas celebró por todo lo alto el Carnaval. Por esa razón, los organizadores de esta fiesta realizaron varias actividades para divertir y entretener a sus vecinos.

La primera de ellas tuvo lugar en la Casa de la Cultura, que se convirtió en el escenario del Concurso de Comparsas. En la competición, participaron “Los bebés”, integrantes del grupo de la Asociación Los Jilgueros, y la comparsa del Centro de Participación Activa de Mayores (CPAM) llamados “Las chicas del tutú”, que ganaron el primer premio.

Aunque la lluvia impidió la realización de un pasacalles, los miembros del CPAM aprovecharon el salón de actos del centro para cantar sus pícaras coplillas carnavalescas e invitar a todos los socios a participar. Entre sus letras había críticas políticas y sociales, pero siempre desde el humor y la gracia característicos. Además, jugaron al antiguo correndero, donde salieron coplas muy antiguas que, espontáneamente, comenzaba alguna de las participantes y que las demás se unían ya que les eran conocidas. Tampoco faltó la merienda, a base de productos locales elaborados por Santa Ana, una delicia que, aún, se disfruta en los pueblos gracias a que se conserva la experiencia de los más mayores. La fiesta continuó hasta bien entrada la noche con una sesión de baile.

Y es que las actividades carnavalescas no cesaron en Valdepeñas. Ni mucho menos. La caseta municipal acogió un Concurso de Disfraces en el que la imaginación, la originalidad y el buen gusto brillaron por su excelencia. Entre las categorías de infantil, como en adulto, individual o grupo, el buen humor y el desenfado fueron las notas dominantes.

El jurado lo tuvo muy difícil pero, como es natural, se decidieron por los que creyeron los mejores, aunque recalcaron que todos merecían ser galardonados.

Sin lugar a dudas, fueron unas jornadas donde las risas dominaron cada encuentro, una manera de restarle importancia a los problemas del día a día, desconectar y dejarse llevar por el buen ambiente. Los más pequeños lo pasaron estupendamente. Jugaron y bailaron todo tipo de canciones, las mismas que despertaron las carcajadas de los más mayores, que veían entre las letras de las comparsas las críticas más simpáticas y, bajo los disfraces, alguna que otra cara conocida.