un adiós lleno de felicidad

Alumnos de cuarto de ESO del “Pedro Poveda” celebran su graduación

26 jun 2018 / 08:03 H.

“Irse tiene sus fronteras”, escribió el poeta ubetense Fernando Adam, y el verso les cae que ni pintado a los cincuenta y un alumnos de cuarto curso de Educación Secundaria Obligatoria que, cubierto ya este ciclo, se despidieron del colegio jiennense Pedro Poveda para iniciar una nueva etapa formativa. Se van, sí, pero los muros del señero edificio de la calle Josefa Segovia forma ya parte indisoluble de la memoria de su corazón, y esa no hay quien pueda saltarla.

Con sus mejores galas, los nuevos graduados protagonizaron una tarde inolvidable que dejó fotografías de esas que, dentro de algunas décadas, todos mirarán con nostalgia y, también, con satisfacción. El programa de actos comenzó a las siete de la tarde del pasado viernes, con la celebración de una eucaristía a cargo del sacerdote Ildefonso Rueda, misa en la que los propios estudiantes participaron activamente; estudiantes... y profesores; María del Pilar Sánchez, al piano, y el docente de Religión Antonio Bonilla —a la guitarra— ejecutaron partituras —“Ave María” y “Pescadores de hombres”— que pusieron el vello de punta a más de uno.

Emoción que subió de tono cuando la directora del centro, Loli Carrillo, se dirigió a los graduados y, en representación de los padres, un par de ellos tomaron la palabra para expresar su satisfacción por la formación recibida en el colegio a lo largo de estos años.

Un ágape, música, un vídeo resumen de esta larga etapa... Por si fuese poco, los alumnos regalaron al “Pedro Poveda” un “libro en blanco” que contendrá los mensajes individuales de cada uno de ellos en homenaje a su colegio.

Cargados de orlas, bandas, alegría y mucha, mucha emoción, los nuevos graduados, sus padres y los profesores hicieron más grande la historia de un centro centenario.