Hermandad y justicia

Magistrados, jueces, fiscales abogados, procuradores, secretarios, graduados sociales, funcionarios, en definitiva todos aquellos que participan en la Administración de Justicia y que han sido distinguidos en la provincia con la Cruz de San Raimundo de Peñafort, en sus distintas clases, se reunieron ayer en torno a una mesa para confraternizar, como prescribe un artículo de la orden.

Presididos por el magistrado Pío Aguirre (preside, también según la norma, quien tiene la cruz de mayor categoría entre los presentes), dieron la bienvenida a dos nuevos miembros de la orden, los abogados Manuel Medina, ausente por motivos de trabajo, y Manuel Sánchez Alonso. “Para nosotros es una satisfacción tener la cruz, porque es una condecoración preciada, que no se dan muchas al año en España. En este encuentro pasamos un buen rato en la comida de hermandad y de amigos”, explica Pío Aguirre. Y así fue, charla amigable, cambio de impresiones y puesta al día en torno a una buena mesa.

Los encuentros se iniciaron hace años con el que entonces era fiscal jefe de la Audiencia provincial, Luis González, precisamente cuando Pío Aguirre era presidente de la Audiencia. “Me tocó tomarle el relevo hace unos seis años a Luis González, que no ha podido acompañarnos. Hemos hablado, esta mañana (por ayer) y nos hemos saludado. Para nosotros es una satisfacción ver, al menos una vez al año, a los compañeros y compañeras, a los más mayores ya jubilados, que algunos vienen de fuera de la provincia, de Madrid o de Granada, por ejemplo”, añade el magistrado. La Orden de la Cruz de San Raimundo de Peñafort es una condecoración civil española. A quien la lleva se le reconocen méritos relevantes relevantes en la Administración de Justicia, y en la aplicación del estudio del derecho en todas sus ramas , o los servicios prestados en actividades jurídicas dependientes del Ministerio de Justicia.

Fue instaurada por decreto el 23 de enero de 1944, festividad de San Raimundo de Peñafort, patrón de los juristas.