Campanadas para una vida

La Iglesia de San Bartolomé acoge la celebración religiosa del enlace matrimonial entre Ana Peinado y Álvaro Carrero

14 oct 2018 / 11:38 H.

Campanas de boda en la capital. Las vidas de Ana Peinado y Álvaro Carrero quedaron ayer, si es que no lo estaban ya, unidas para siempre. Ambos contrajeron matrimonio en una solemne ceremonia oficiada por Julio Millán Muñoz, presidente de la Asociación Edad Dorada Mensajeros de la Paz. Según Carlos Peinado, padrino de la boda, se trató de una celebración acorde a quien llevaba la batuta, Millán. “Fue una ceremonia religiosa muy emotiva y fuera de protocolo”, dijo Peinado.

La Iglesia de San Bartolomé fue el privilegiado escenario que acogió el acto de unión entre ambas familias. Allí, Gloria Oya Cárdenas y Paqui García Vázquez se encargaron de poner la nota musical a un enlace que quedará en la retina de todos los invitados. Durante la ceremonia también hubo tiempo para que familiares y amigos dedicaran unas palabras a los novios. En concreto, tomaron el turno María del Carmen Peinado, Antonio Carrero y Alfonso Cobos. La primera se encargó de leer una carta que el mismo Papa Francisco dirigió a Ana y Álvaro, con un contenido totalmente personalizado para los enamorados.

Más tarde, se trasladaron a Cerro Puerta Eventos para celebrar, junto a los ya recién casados, el enlace matrimonial que se materializó en San Bartolomé. Allí, unos 300 invitados disfrutaron, durante la copa de espera, de la música de Pedro Bria, bajo y segunda voz del mítico grupo Apache. Tras la actuación, los invitados procedieron a degustar el menú que los novios habían elegido para un día tan importante.

Luis Miguel Peláez, fundador de la banda musical anteriormente citada, también hizo acto de presencia en la ceremonia y, junto a su compañero Pedro Bria interpretaron, entre otras, la canción “New York, New York”, un éxito de Frank Sinatra, que dedicaron con especial cariño a los recién casados.

En definitiva, se trató de un día en el que todos disfrutaron y, como no podía ser de otra manera, celebraron gustosos y en comunión una jornada de gran importancia para ambas familias. Álvaro y Ana unieron sus vidas ayer bajo la atenta mirada de sus seres más allegados. Algunos, de hecho, se trasladaron desde Sevilla y otros desde Jerez de la Frontera y Murcia.