Un deporte ritual, espiritual y religioso

17 abr 2018 / 09:51 H.

Un evento que, cada año, consagra a miles de espectadores en el Santuario Yasukuni, en Tokio (Japón), donde esperan ver las mejores luchas de Sumo. Se trata de un torneo anual donde muchos disfrutan del que no solo es el deporte nacional. Porque los luchadores arrojan sal en el anillo o “dohyo”, donde lucharán antes del combate, para purificarlo. Y es que antiguamente, el sumo formaba parte de los rituales agrícolas prehistóricos que se realizaban para apaciguar a los dioses y asegurar buenas cosechas.