“Solo te deseamos muchas felicidades”

10 oct 2016 / 08:00 H.

Abuelo, solo queremos desearte felicidades en el día de tu santo. Ojalá hubiera máquina del tiempo, para poder recuperarte y traerte hasta nosotros, poder curarte la enfermedad, que tristemente te arrebató la vida. Este periodo de tiempo se nos ha hecho eterno sin tu compañía. Siempre te hemos tenido presente en todos los momentos, porque ya nada es lo mismo sin ti. Echo mucho de menos las risas que echábamos por las tardes o los paseos que me dabas. Solo queda el grato recuerdo que a todos nos dejaste. ¡Desde que era pequeñito estuvo conmigo y con mis cuatro hermanos. Nos crió junto a mi abuela Manuela y nos enseñó miles y miles de historias que nos ayudan y ayudarán a enfrentarnos a la vida. Desde la distancia te deseamos un buen día. Se que nos escuchas. Si estuvieras con nosotros estaríamos todos reunidos en tu casa, celebrando con tus hijos y nietos y ahora biznietos tu onomástica. Todos te echamos de menos, papá. es difícil expresar en pocas palabras todo lo que he podido vivir conmigo. Lleno de orgullo y de felicidad por los años que Dios me permitió vivir contigo, solo tengo sentimientos para decirte lo mucho que te echamos de menos.

Fue un hombre, de todos los tiempos, lleno de vitalidad, activo, trabajador, lleno de temperamento y, sobre todo, con un gran corazón. Crió a sus cuatro hijos desde el respeto y la humildad y, adoraba a sus nietos. Él me enseñó parte de la historia de que le tocó vivir a nuestros mayores. Nos relataba una y otra vez el duro sacrificio que pasaban para poder llevarse un trozo de pan a la boca. Las horas y las noches frías que pasaba cuidando animales para poder criar a sus hijos. Historias que marcaron los recuerdos de mi infancia y que te enseñan a valorar el mundo en el que vivimos. Abuelo, has sido un maestro ejemplar para tus hijos, para tus nietos, siempre estuviste ahí, para lo bueno y lo malo.

Fuiste para todos nuestro apoyo, nuestra guía, y un ejemplo a seguir. De ti todos hemos aprendido a ser honrados, la virtud del trabajo y el sacrificio, y, sobre todo, a ser buenas personas y a ayudar a la gente. Nos sentimos muy orgullosos de ti. Pasa el tiempo, pero hay personas que son difíciles de olvidar. Y menos aún cuando llegan estas fechas, que tanto colman de recuerdos a las familias. Siempre te acuerdas de un ser querido, de una persona a la que extrañas, pero más aún en momentos especiales, en fechas de reuniones familiares en las que intentamos pasar el tiempo con nuestros allegados. Por eso, entre líneas, recuerdo con cariño y mucha nostalgia a mi abuelo Francisco. Se nos fue. Nos dejó para ocupar una estrella del cielo, que sin duda, alumbra cada día nuestras vidas. Desde allí, él nos da fuerza, mucha, toda la que desprendía cuando estaba entre nosotros y que nos protegía en el camino de la vida. Cuando algo se pierde, y máximo si es un ser querido te das cuenta de lo mucho que valía cuando ya no está. ¡

No hay nada mejor que sentir el abrazo amoroso y el calor de un abuelo. Con cariño, de tu nieto Raúl que desde tierras inglesas te dedica estas palabras en el día de tu santo.