“Era una gran profesional, siempre dispuesta a cuidar de los demás”

29 ene 2017 / 08:00 H.

María Dolores, “Lola”, Mendoza Doménech era una mujer guapa por fuera y por dentro. El año 2017 arrancó mal para todas las personas que la conocían. De manera inesperada, el primer día del año, se supo de la repentina desaparición de esta luchadora de Guarromán de la que nadie puede decir algo malo.

Quienes la conocieron destacan que se trataba de una gran profesional, con una preparación minuciosa de auxiliar de enfermería. Por ello la echan especialmente de menos las personas a las que Lola atendía con mimo y mucho cariño, siempre con la idea de hacerles más llevadero su día a día. Siempre sabía escuchar y dar a cada uno lo que realmente necesitaba. Esas cualidades profesionales, a las que se sumaban otras muchas, incontables, como humana, nuestra Lola fue alguien muy querido en la empresa para la que trabajaba. Mantenía una relación muy cordial con sus compañeras. Por lo que respecta al plano personal, sus amigas destacan que era miembro de una extensa familia y que colmaba de atenciones a sus seres queridos, a los que premiaba con sus cercanía y vitalidad. Precisamente esa vitalidad quedaba patente en su elegencia, con un modo de vestir muy desenfadado y juvenil, pero a la vez elegante. Le encantaba llevar unas coquetas gafas y, a menudo, un collar sobre el pecho. Entre sus aficiones, además de estar con quienes se llevaba tan bien, no faltaba los viajes, con alguna que otra escapada, que le permitía disfrutar de su libertad y conocer mundo. Desde el entorno de María Dolores en las Nuevas Poblaciones se destaca la dureza que supone el paso del tiempo con tan gran pérdida.