“Era un hombre recto, educado y cariñoso”

12 dic 2016 / 08:00 H.

Nos dejó una persona de la cual he aprendido muchas cosas en estos casi nueve años de relación. Antonio fue un buen padre, buen esposo (que desde que nuestra querida Inés nos abandonó, un trozo de él se fue con ella), buen abuelo, buen bisabuelo y buen suegro. Era un hombre recto, educado, muy callado a la par que cariñoso. Empezó sus estudios de bachiller con 24 años y se buscó varios empleos para costearse sus estudios y no tocar la paga como funcionario, para que no le faltara nada a su familia. Era un hombre culto y estudiado que llegó a tener tres carreras. Fue profesor y director de la Escuela de Graduados Sociales y Director de Cemac hasta su jubilación. En estos casi dos años de una convivencia más directa, me ha enseñado cómo tratar con una persona mayor, cómo necesitan de un cariño especial, que aunque no lo piden, sí que lo necesitan. Con el abuelo Antonio, cómo yo le decía, me he reído, tuvimos nuestros roces, hemos llorado y la verdad es que hemos disfrutado de muchas cosas junto con la abuela Inés y, después, con sus hijas, con pedro, y sus nietos y bisnieto. Antonio de la Torre Rubia nos has dejado un vacío muy grande. Sabíamos que se estaba apagando pero nos ha pillado su marcha por sorpresa. Casi no nos ha dado tiempo de despedirnos, aunque hemos estado con usted hasta el último momento. No nos hemos apartado de su lado para poder darle esa compañía que siempre se necesita. Ahora le toca, esté donde esté, protegernos a los que aquí nos hemos quedado: Sus hijas Virginia y Mati, a sus nietos Virginia y Pedro, a su bisnieto Hugo, a sus hijos políticos Pedro y yo, la que suscribe este texto, y sus nietos políticos Pascual y Luna, a sus sobrinos que son muchos y, sobre todo, a su hermano Miguel.