Las pizarras de tiza anteriores a 1990 podrían contener amianto

Multitud de centros educativos están realizando inventario del material afectado

03 ago 2016 / 12:54 H.

Desde el descubrimiento de la existencia de amianto en diversos materiales frecuentes en los colegios, la comunidad educativa está en pie de guerra en su reclamo para eliminar y sustituir cualquier cubierta o elemento que contenga dicha sustancia. Por ello, varias comunidades españolas como el País Vasco, Andalucía o Baleares han iniciado las obras este verano para conseguir retirar este material de todos los centros educativos y acabar así con el riesgo que supone para la salud de docentes y alumnos. El amianto es un mineral de origen metamórfico compuesto por fibras de átomos de sílice y algunos metales pesados como el magnesio, manganeso o el hierro. Es un material muy utilizado desde la antigüedad ya que resiste muy bien las altas temperaturas, es maleable, flexible y a la vez, resistente a la tracción. Su uso se generalizó en el sector de la construcción para cubiertas, aislamiento e insonorización y muchas naves antiguas se han convertido hoy en día en casas, industrias y escuelas por lo que éste material permanece en muchas de ellas.

A mediados de los 80, su uso masivo se declinó debido a que se demostró que las fibras que formaban el amianto eran altamente cancerígenas, pudiendo provocar cáncer de pulmón o pleura, así como una clase de fibrosis pulmonar denominada asbestosis. Desde entonces, la prohibición del amianto ha sido progresiva haciéndose efectiva en España en el año 2002.

El amianto es un problema que se agrava cada vez más debido al estado de degradación en el que se puedan encontrar las estructuras lo que facilita la liberación de fibras y por lo tanto el riesgo a una afección pulmonar. Por ello, y tras la petición reiterada de padres y profesores, las autoridades educativas están trabajando en la realización de inventarios y registros de los centros educativos para encontrar y posteriormente retirar cualquier tipo de estructura hecha con esta sustancia y aprovechar el cambio para sustituir los centenarios encerados que servían únicamente para escribir con tiza (principalmente blanca) por pizarras blancas polivalentes (que sirvan tanto para escritura como para proyección e incluso como pizarra digital interactiva con tecnología eBeam o similar) y así eliminar estos riesgos para la salud a la vez que actualizan los recursos a la era digital.

La tiza, también perjudicial

Los riesgos laborales del docente se hacen cada vez más visibles sin olvidar el peligro que corren diariamente al encontrarse expuestos al polvo de tiza. El riesgo de padecer afonías, infecciones respiratorias frecuentes, sibilancias o bronquitis crónica se multiplica. En otros países, conscientes de estos riesgos, el problema se solucionó hace tiempo con la prohibición de este tipo de pizarras lo que de momento, no ha sucedido en España.