Un curioso “diccionario” de las fiestas

Francisco Martín define, en el programa, las palabras básicas

22 sep 2016 / 10:36 H.

El libro que recoge el programa de mano de la Real Feria de San Mateo 2016 incluye un curioso artículo de nueve páginas. Se trata de un “diccionario” con el que el investigador Francisco Martín analiza los términos fundamentales del pasado y el presente de la señera celebración alcalaína.

Martín, que hace años fue pregonero de la celebración, ha escrito múltiples artículos sobre los orígenes y la evolución de la convocatoria. El autor aprovecha las líneas para hacer acotaciones y reflexiones acerca de los elementos omnipresentes en la iniciativa. Por ejemplo, la primera palabra es “agricultura”, que le da pie a recordar el origen de la feria vinculado con el campo y las jornadas celebradas en los años 80 del siglo XX. Época en la que, por cierto, fue concejal por el PSOE. El último vocablo es “usos”, ocasión que aprovecha Francisco Martín para recordar que, ya desde sus orígenes hace alrededor de tres décadas, el actual recinto se concibió como zona verde y para otros menesteres, como albergar el parque infantil de tráfico de Alcalá.

El ameno documento glosa otros muchos aspectos de “San Mateo”. En el caso de los toros, evoca la tragedia ocurrida en el coso portátil instalado en 1957 o la presencia con motivo de las fiestas de conocidos espadas como El Cordobés, El Cid o Jesulín de Ubrique. En la entrada acerca del pregón, el texto deja patente que se trata de un acto para nada fijo, surgido en el año 2000 —cuando él mismo lo pronunció— y que se mantuvo, con un paréntesis en 2002, hasta 2013. Sobre los comienzos de la celebración, el artículo puntualiza que cuanto Carlos II otorgó el privilegio para su creación a finales del siglo XVII, concretamente en 1688, la autorización era para un periodo comprendido entre el 12 y el 20 de septiembre. El histórico documento, después de mucho tiempo desaparecido, fue comprado por el Ayuntamiento en 2014 por 1.200 euros en una subasta en Barcelona.

Acerca del desfile de gigantes y cabezudos, Francisco Martín detalla que las antiguas mascaradas se transformaron en esta actividad y llegó en los años 60 del pasado siglo a través de Martos. Por lo que respecta a la fuente ornamental de la entrada, de acuerdo con los datos del erudito, se inauguró en la edición de 1990. La reseña, acompañada de fotos, ilustra otras muchas cuestiones, como el paso de orquestas por la ciudad.