Puigdemont y Torra se reúnen y prometen ejecutar el 1-O

Escenifican en Waterloo la reactivación de “la casa de la República”

29 jul 2018 / 10:53 H.

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y su sucesor en el cargo, Quim Torra, escenificaron en Waterloo (Bélgica) la reactivación de la que llaman “casa

de la República” en un acto ante unas doscientas personas en el que prometieron “hacer efectivo” el “mandato republicano” del referéndum del 1 de octubre de 2017. “No sabía qué iba a pasar cuando volvía de Finlandia, pero tenía la esperanza de que acabaría bien, porque después de este paréntesis obligado retomaríamos el hilo rojo que a todos nos ha traído hasta aquí, que nos ha llevado al 1 de octubre, que nos ha llevado al 27 de octubre y que ratificamos el 21 de diciembre”, expresó Puigdemont desde un balcón su residencia en Bélgica.

El líder independentista defendió que lo importante no es si el “camino” es “largo o corto, fácil o complejo”, sino que “hay camino”. “Y este camino tiene final y el final es bueno, porque como dice el presidente Torra, estamos en el lado correcto de la historia”, manifestó Puigdemont. “El 1 de octubre votamos en el referéndum de autodeterminación, el 27 de octubre declaramos políticamente la independencia de Cataluña y a nosotros, el Gobierno de Cataluña, nos toca ahora hacer efectivo ese mandato republicano”, subrayó por su parte Torra. El actual presidente de la Generalitat pidió que, frente a “la vergüenza y la indecencia” del Estado español y a la “farsa” que es su causa judicial, el movimiento debe siempre “luchar con esperanza” y comprometerse a “jugar limpio” y “poner una urna para que decida el pueblo”. “La causa de la independencia de Cataluña es una causa justa y es de justicia que sigamos luchando por la independencia”, expresó.

El encuento tuvo lugar el día que Puigdemont ha vuelto de Alemania cuatro meses después de que fuera detenido en ese país y tras la decisión del magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena de no aceptar su entrega por malversación pero no por el delito de rebelión. Unas doscientas personas, según informaron fuentes policiales, se congregaron frente a la residencia de Puigdemont en Waterloo ataviados con banderas “esteladas”, camisetas amarillas en defensa de la independencia de Cataluña y con carteles para pedir la libertad de los políticos catalanes presos en España por el proceso separatista.