Piden libertad para los presos soberanistas

Unas 110.000 personas, según la Guardia Urbana, o 200.000 personas, según la organización, salieron a la calle la tarde de este sábado en Barcelona para reclamar la libertad de los presos independentistas y de los políticos en el extranjero. Minutos después de las siete de la tarde, la cabecera con el lema “Ni cárcel, ni exilio, os queremos en casa”, empezó a andar con representantes políticos, familiares de los presos y ciudadanos vestidos con camisetas amarillas, esteladas y una multitud de pancartas donde se podía leer “Libertad presos políticos”.

La manifestación, promovida por la ANC, Òmnium Cultural y la “Associació Catalans pels Drets Civils”, fue convocada al conocerse la decisión del Gobierno de trasladar los presos a centros penitenciarios de Cataluña, un acercamiento que ya se ha completado. El presidente de la Generalitat, Quim Torra, se sumó a la marcha junto a consellers, diputados de partidos independentistas, familiares de los presos, la esposa de Carles Puigdemont, Marcela Topor, el presidente del Parlament, Roger Torrent, y el expresidente de la Generalitat Artur Mas, entre otros. “Hemos salido hoy, saldremos mañana y lo haremos los días que haga falta hasta que sean libres y nuestro pueblo también”, proclamó Torra, en declaraciones a los medios.

REIVINDICACIÓN. El presidente de la Generalitat, Quim Torra, aseguró su voluntad es salir a la calle las veces que haga falta para reclamar la “libertad de presos políticos y que los exiliados vuelvan a casa”, además de reivindicar que el derecho a la autodeterminación de Cataluña no sea criminalizado. En declaraciones a los medios en la cabecera de la manifestación, Torra recordó que el relato con que el Estado español construyó el delito de rebelión “no existió y saltó por los aires” el pasado jueves con la decisión de la justicia alemana. “Ganaremos porque hemos ganado en Europa, continuaremos ganando en Escocia, como ya ganamos en Bélgica y ganaremos en Suiza”, afirmó Torra, haciendo hincapié en que son cuatro países europeos que están juzgando de una manera mientras España lo hace de otra. El presidente catalán cargó con la justicia española, que ha calificado de “indecente”, porque permite que haya “presos políticos”, alejados de familia y amigos.