“O referéndum, o referéndum”

Puigdemont convocará una consulta sobre la independencia para 2017

29 sep 2016 / 10:30 H.

El presidente de la Genera-litat, Carles Puigdemont, convocará un referéndum sobre la independencia de Cataluña para la segunda quincena de septiembre de 2017, cuente o no con el aval del Estado. En la apertura del debate de la cuestión de confianza celebrado en el Parlament, explicó que su objetivo principal es pactarlo con el Estado, pero advirtió de que lo convocará igualmente si no es posible. “O referéndum, o referéndum”, dijo rotundo.

Si el Estado se aviene a una consulta pactada, está dispuesto a negociar la fecha, la pregunta, el quórum y la moratoria; si no, lo convocará igualmente en septiembre de 2017. “Con esto —la celebración del referéndum acordado o no—, cumpliremos el mandato recibido el 27 de septiembre de 2015, con esto culminaremos la legislatura en los términos y los tiempos a los que me comprometí”, zanjó.

Puigdemont afirmó que su propuesta de referéndum pactado no va exclusivamente dirigida al presidente en funciones, Mariano Rajoy, sino a todo el sistema político español, y destacó que los soberanistas pueden desencallar la investidura en el Congreso de los Diputados si los grandes partidos estatales avalan la consulta.

Puigdemont fija dos condiciones para llegar hasta el punto de convocar el referéndum, y las dos atañen a la CUP: primero, superar esta cuestión de confianza; después, que los anticapitalistas le aprueben los Presupuestos de 2017. Si la CUP le apoya ahora pero no avala las cuentas después, Puigdemont convocará elecciones anticipadas, por lo que todos sus planes de convocar un referéndum en 2017 quedarían en nada.

“Si hacemos un pacto por la confianza, mañana arrancará la segunda y última fase del proceso hacia la independencia. Si el resultado no permite este pacto, la legislatura habrá acabado”, concluyó.

El presidente dio los primeros detalles de cómo organizará la consulta: “la arquitectura” del referéndum recaerá en el vicepresidente Oriol Junqueras como principal responsable de la comisión de impulso del autogobierno, mientras que el conseller Raül Romeva lo organizará porque es el responsable de participación. Así, Puigdemont encarga la operación política a dos miembros de su gabinete que no son de su partido —Junqueras es de ERC y Romeva independiente—. El presidente dejó claro, pese a que Junqueras y Romeva organizarán el referéndum, que el encargo es responsabilidad de todo el Ejecutivo: “El encargo apelará a todo el Govern y todos sus integrantes asumen la responsabilidad que le corresponde”.

A pesar de que Puigdemont apuesta así por el referéndum aunque el Estado lo vete, evitó en todo momento utilizar la denominación Referéndum Unilateral de Independencia (Rui), acuñada por la CUP. El presidente cumple así dos exigencias de la CUP: incluir en la hoja de ruta independentista un instrumento para la desconexión con el Estado y, por otra parte, fijarlo en el calendario; pero no coincide con los plazos de los anticapitalistas, que lo quieren para el primer trimestre de 2017.

Puigdemont afirmó que, cuando se aprueben las tres leyes de desconexión que prepara el Parlament —seguridad social, hacienda propia, seguridad jurídica—, Cataluña estará preparada para ser un Estado independiente y solo faltará la validación democrática del referéndum. “Yo no fallaré, pero no podré cumplir sin una mayoría en el Parlament sin fisuras y sin la gente movilizada cuando haga falta”, concluyó, pidiendo así el apoyo de la CUP en el Parlament y el de la gente en la calle.