El fiscal de Marsella dice que el copiloto tenía la "intención de destruir el avión"

El fiscal de Marsella, encargado del caso del accidente del avión  de Germanwings, ha indicado que la interpretación de la actuación del  copiloto, que se negó a abrir la puerta de la cabina al piloto una  vez que salió, indica que tenía la "intención de destruir el avión".

26 mar 2015 / 11:55 H.


El fiscal de Marsella ha indicado que el copiloto estaba al mando  del aparato tras salir de la cabina el piloto y que a continuación  accionó el seleccionador de altitud iniciando el descenso.
Así lo han revelado los datos de la primera de las cajas negras,  en las que se puede escuchar al piloto llamando a la puerta para que  se la abriera el copiloto, algo que no sucedió. Según ha aclarado, se  escucha un ruido de respiración hasta el final, lo que indicaría que  "el copiloto estaba vivo".
Los dos pilotos del avión de Germanwings que se estrelló el martes  con 150 personas a bordo eran de nacionalidad alemana, según ha  revelado este jueves el fiscal de Marsella, Brice Robin, que ha dicho  desconocer su "origen étnico" o su religión.
Asimismo, ha precisado que el copiloto, al que ha responsabilizado  de haber destruido "intencionadamente" el aparato al no permitir que  el piloto entrara en la cabina y haber accionado el descenso, no  figuraba en la lista de terroristas buscados.
Aunque el fiscal no ha querido revelar las identidades de los dos  pilotos, el diario Bild ha informado este jueves de que se trata de  Patrick S., un padre de dos hijos que volaba desde hace unos diez  años con Lufthansa y Germanwings, y Andreas L., residente en  Montabaur, en Renania-Palatinado y que se formó como piloto en  Bremen.

Brice Robin ha identificado al copiloto del aparato como Andreas Lubitz, alemán de 28 años.

Según ha explicado, la  Gendarmería francesa, en colaboración con las autoridades alemanas ya  están investigándole y seguramente se interrogará a su entorno más  cercano para tratar de aclarar lo sucedido.
Robin ha explicado que en los últimos minutos antes de que el  avión chocara contra el suelo se escucha al copiloto "respirar con  normalidad", lo que indica que seguía vivo y "a priori" no sufriría  ningún problema.
Pese a los reiterados golpes del piloto desde fuera, "no se  escucha absolutamente nada" en el interior de la cabina, al margen de  la respiración, "durante los diez últimos minutos". "Había silencio  total", ha subrayado.